Alhama de Aragón

Las termas Pallares en Alhama de Aragón, son unas termas unicas y sorprendentes. Es una piscina natural donde padres e hijos pueden divertirse y pasar buenos momentos juntos. Su temperatura constante está en 32ºC, una temperatura ideal que hay que vivir para poder hablar de ello.

Es uno de los más grandes de Europa, con una profundidad media de metro y medio y dos tranquilas islas en su interior. Ideal para practicar la natación en cualquier época del año y con los beneficios de unas aguas mineromedicinales.

Alojarse

La comarca de Calatayud ofrece multiples sitios donde dormir y alojarse, incluidos los hoteles balneario dentro de Alhama de Aragón, lugar idoneo para toda la familia. Con turismo de interior donde vas a poder disfrutar con toda la familia de paisajes,  con servicios y actividades complementarias.

Gastronomia

Desde restaurantes tradicionales, asadores, cocina creativa los bares de pinchos en la zona de Calatayud las opciones para disfrutar de la gastronomía son amplias.

Existen todo tipo de restaurantes, grandes pequeños, enclavados en espacios turísticos únicos y todo tipo de cocinas donde degustar platos populares como el Ternasco Asado, las migas a la pastora o los garbanzos con congrio o probar la comida más tradicional aragonesa fusionada con las nuevas tendencias gastronómicas.

Destacamos algunos de los mejores lugares para disfrutar de nuestra gastronomía.

La gastroteca

Restaurante gastronómico de arquitectura modernista, con una cocina de autor, innovadora y llena de sabores para que disfruten los sentidos.

El equipo formado por Juan Morales y Diego Ferrer le harán experimentar momentos únicos y sorprendentes.

La Gastroteca se completa con una amplia y equilibrada carta de vinos y dos tipos de menú degustación.

Restaurante «el balneario»

Este restaurante es uno de los lugares más emblemático del Balneario por su original arquitectura. Su oferta gastronómica es equilibrada, creativa y de calidad.  Su elaboración apuesta por los menús más sanos y variados de la nueva cocina y de la cocina tradicional. Cuidar la alimentación es la combinación perfecta para acompañar la auténtica terapia termal.

Cafetería-restaurant «Karlos»

Cafetería Restaurante Karlos ofrece calidad a mejor precio.
Su propietario Carlos García, un profesional de la cocina con amplia trayectoria, pone todos sus conocimientos y su cariño para ofrecer una comida de calidad a un buen precio.
Desde su apertura han conseguido fidelizar a un gran número de personas de la zona, y de los visitantes que hacen turismo un nuestra comarca.
Además en su cafetería, se ofrecen variedad y calidad en tapas, raciones, embutidos…
Se hacen menús especiales para grupos y celebraciones

Qué hacer

Vulcanalia

Vulcanalia” es una celebración de carácter histórico que tiene lugar en Mara el sábado más próximo al 23 de Agosto, día de Vulcano en época romana.

En este día relata el historiador Apiano que en el año 153 a.C. tuvo lugar el primer enfrentamiento entre el ejército romano al mando de Nobilior, compuesto por 30.000 hombres, y el ejército celtibérico de segedenses y numantinos al mando de Caro de Segeda, con 25.000 hombres. El resultado de esta primera batalla fue a favor de los celtíberos, murieron 6.000 romanos y desde entonces Roma declaró este día como nefasto.

La Fundación Segeda, junto con Segeda Centro de Estudios Celtibéricos, el Ayuntamiento de Mara y la Asociación Cultural Mara Celtibérica organizan las jornadas de verano bajo el título de Vive la Historia en Segeda, consistentes en la celebración de la Vulcanalia y el Día de Puertas Abiertas.

Representación Histórica de la Batalla de la Vulcanalia, que rememora el primer enfrentamiento entre el ejército romano y los celtíberos de Segeda. En la Batalla vencieron los celtíberos haciendo retroceder a los ejércitos romanos.

– Concurso de gastronomía celtibérica.
– Mercadillo Celtibérico

Idus de marzo

El “Idus de Marzo”, es una celebración de carácter histórico que tiene lugar en Mara el sábado más próximo al 15 de marzo, fecha de los idus de marzo en época romana.

Rememora la declaración de la guerra de Roma a Segeda en el año 154 a. C. y el consiguiente cambio de las elecciones consulares de los idus de marzo al uno de enero
Hasta el 154 a.C. el año comenzaba en los idus de marzo, marcando el inicio de la primavera. Pero el senado romano, al declarar la guerra a la ciudad celtibérica de Segeda desplazó la elección de los cónsules a las calendas de enero.

Rememorar este importante acontecimiento histórico es la base de la Fiesta Celtíbera de Segeda de los Idus de Marzo (declarada Fiesta de Interés Turístico de Aragón en 2010).

El acto principal es la representación teatralizada, realizada por el grupo Segedatro, en donde se muestra cómo los celtíberos explicaban el desplazamiento del sol en el firmamento y su regreso por la noche al mismo lugar del amanecer.
Estas son algunas de las cosas que tenemos dentro de turismo arqueológico dentro de Alhama de Aragón… Siguenos!!!

The Peak (Hong Kong)

¿Puede un lugar que no ofrezca Grandes paisajes naturales ser atractivo para la cámara del turista? Vaya pregunta. Pues claro: algunos de los lugares más fotografiados del mundo no tienen nada que ver con la naturaleza. Ahí está la torre Eiffel, el Coliseo o el Manneken Pis.

Pero es que esta cámara no busca monumentos, sino paisajes. Bueno, en ese caso, nos quedan menos opciones: un ejemplo puede ser skyline de Nueva York u otro, del que vamos a hablar aquí, The Peak y la vista que desde aquí se logra de Hong Kong.

Se trata de uno los lugares más famosos de la antigua colonia británica. Y, desde luego, lo es con razón. Quien se asoma a este mirador, se está asomando al mundo. Es difícil imaginarse unas vistas más espectaculares de los rascacielos y del entorno de la ciudad. Nos quedaremos absortos durante horas. Y porque las necesidades básicas han de cubrirse, si no éstas se convertirían en meses.

La revancha del Hombre

Por una vez, el ser humano se toma a revancha. Siempre nos hemos sentido, porque lo somos, una nadería frente a la Naturaleza, pero la vista desde The Peak, o “Victoria” Peak crea la ilusión de que el ser humano está un poco por encima de las hormigas en la escala del Universo.

Es muy habitual que quien sube hasta allí se quede a cenar en cualquiera de los numerosos restaurantes del entorno. Y es que el Pico no invita a otra cosa que a quedarse y contemplar una y otra vez un mundo que se ensancha o se encoge, según con qué ojos lo contemplemos.

Una vista inevitable, a la vez que inenarrable

Quien visita Hong Kong y no toma el taxi, el tranvía, el autobús o incluso sube a pie a este mirador comete el crimen de quien va por París y no se acerca a la torre Eiffel. Con la diferencia de que desde The Peak dominamos el paisaje con lo pies en el suelo y desde el monumento parisino lo hacemos a doscientos y muchos metros de altura sobre el nivel en el que caminamos de forma natural.

Pero la vista puede extenderse más allá de la cuidad y acabar con la ilusión de grandeza del Hombre que hemos creado tres párrafos más arriba. Embelesa la visión de la bahía, maravilla la de la ciudad de Kowloon (un lugar cuyo nombre se traduce como “La cuidad de los Nueve Dragones” y cuyo sugerente topónimo merece que recojamos el guante de dedicarle un artículo) y, desde luego, nos recuerda lo pequeñitos somos el mero hecho de darnos cuenta de que por mucho que abarque nuestra vista desde The Peak, no habremos llegado a ver más que una infinitésima parte.

El pasmo por el pasmo: el Arco del Triunfo

Junto con la Torre Eiffel, y en dura pugna con ella, el Arco del Triunfo es el monumento más representativo de París. Los cincuenta metros de alto y la base de cuarenta y cinco por veintidós recuerdan, la manera de los antiguos arcos de triunfo romanos, las victorias del ejército napoleónico.

La obra tardó treinta años en finalizarse, desde que Napoleón ordenara llevarla a cabo en 1806, tras la victoria de Austerlitz hasta que ésta se construía y terminaba durante el mandato de Louis Philippe. Por cierto que el arquitecto del faraónico arco fue Jean François Chalgrin.

Arco del Triunfo

Entre los acontecimientos que ha presenciado el parisino Arco del Triunfo cabe destacar tres: el paso de los restos mortales, en 1840, del hombre que lo solicitó, Napoleón Bonaparte; y los desfiles militares de ambas guerras mundiales: en 1919 el primero y en 1944 el segundo.

La Tumba del Soldado Desconocido

En la parte inferior del monumento, en su base, se halla la Tumba del Soldado Desconocido, un recordatorio levantado en 1921 en el que una llama siempre encendida recuerda a cuantos soldados franceses perecieron en la Primera Guerra Mundial y nunca se logró identificar.

En los cuatro pilares que sostienen el arco pueden verse grabados los nombres de las batallas ganadas por los ejércitos de Napoleón, así como los de 558 generales, de los que algunos murieron en combate, motivo por el cual sus nombres figuran subrayados.

Unas vistas impresionantes

Aunque tenga una altura de casi doscientos metros menos que la Torre Eiffel, las vistas desde la parte superior cortan la respiración de cualquiera con un mínimo de sensibilidad. No nos llamemos a engaño: París es una ciudad muy viva, muy dinámica y hallarse en la confluencia de doce de sus principales avenidas es un espectáculo del que todos deberíamos tener ocasión de disfrutar.

También merece la pena subir al arco por el ángulo privilegiado desde el que apreciaremos lo Campos Elíseos y el Barrio de la Defensa. Para subir, hemos de entrar al arco y trepar por los doscientos sesenta y ocho escalones (no son tantos, si pensamos en la recompensa) que separan el suelo de la terraza. Además, en el interior también existe un pequeño museo y podemos aprender algunos de los datos sobre la construcción del monumento.

Un acceso peligroso

Un consejo importante: para alcanzar el sitio de la Plaza Charles de Gaulle donde se halla el Arco, debemos usar los pasos subterráneos que salen desde varias avenidas: es muy arriesgado cruzar una calle cuya rotonda es una de las más peligrosas del mundo, tanto para peatones como para coches.

El síndrome de Florencia

Cuenta la… no sabemos si Historia o leyenda que escritor Henri-Marie Beyle –Stendhal- comenzó a sufrir, en determinadas circunstancias, taquicardias, vértigo, confusión e incluso alucinaciones. No se había contagiado de ninguna enfermedad de esas que en el Siglo XIX podían llegar a ser mortales. Simplemente, estaba visitando Florencia.

El propio escritor lo describe así en Nápoles y Florencia: un viaje de Milán a Regio: «Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme».

ponte vecchio

A partir de esta descripción, la ciencia sanitaria ha descrito lo que se conoce “Síndrome de Stendhal” o “Síndrome de Florencia”, una enfermedad psicosomática cuyos síntomas son los ya descritos y que tiene sus causas en una especie de “saturación de belleza”.

Cientos de turistas han sufrido el síndrome de Florencia

Podríamos atribuir el caso a una especie de “sobreactuación romántica” del autor, pero la psiquiatra italiana Graziella Magherini llegó a observar más de cien casos similares entre los turistas que visitaban Florencia, de modo que en 1979 se aceptaba la existencia del síndrome.

Pero, ¿es tal la belleza acumulada en la ciudad que puede provocar síntomas físicos? ¿Qué tiene Florencia y no otras ciudades para que sea así?

Belleza, belleza, belleza…

Tal vez la respuesta empiece a desvelársenos en la Basílica de la Santa Cruz, donde Stendhal sufría tales síntomas allá por 1817. La eregían en 1272 los franciscanos tras la muerte de su padre fundador, San francisco de Asís.  La luz concentrada, al altar mayor y la tuba que Miguel Ángel Bounarrotti soñó para sí mismo nos cortarán la respiración.

Pero no es tal basílica, ni con mucho el más impresionante de los monumentos florentinos. EL Duomo de Santa María de las Flores, el museo de la Ópera, donde se encuentra La Piedad, EL Ponte Vecchio, la Plaza de la Señora, la Galería de los Ufficci… Cientos… ¡Miles!… de muestra de arte, sean arquitectónicas, escultóricas o pictóricas jalonan Florencia.

Una ciudad que no cabe en ninguna parte

La ciudad no cabe en un escrito de poco más de cuatrocientas palabras, ni en cuatrocientas bibliotecas seríamos capaces de concentrar Florencia. Hay que visitarla, verla, sentirla, vivirla. Pero hablamos también de una ciudad cruel: aunque viviéramos cien vidas, nunca podríamos aprehenderla, llegar a conocerla por completo.

Florencia es la que provocó en Stendhal el gran susto de su viaje por tierras italianas y la que nos provocará lágrimas de placer con apenas guiñarnos un ojo e insinuarnos el tobillo de su hermosura.

El Reloj Astronómico de Praga

Sentémonos en cualquier cafetería desde la que tengamos una buena vista del reloj. Veremos como los visitantes van llegando por centenares según se acerca la hora en punto.  A pocos segundos de que llegue el momento, los murmullos van in crescendo.

¡La hora! ¡Salen las figuras! El “ooooh” de la boquiabierta multitud dura mucho más que el paseo de una verdadera obra de ingeniería, de tecnología punta medieval. Luego la atronadora ovación. Sólo un ciego o un inculto redomado y orgulloso de ello puede quejarse de lo breve de la visión.

Reloj Astronómico

¿Acaso no es suficiente un segundo para darnos cuenta de dónde está la belleza? ¿No basta un guiño para, ya que no enamorarnos, al menos intuir dónde está el amor? Sólo la ceguera o la idiotez (en el sentido etimológico de la palabra) impiden que uno se sienta orgulloso de sus tátara-tátara abuelos que, sin electricidad, sin los conocimientos de física y de mecánica de loa que disfrutamos hoy en día fueran capaces de ensamblar semejante ingenio.

Un mensaje a la vista de todos que somos incapaces de leer

Jan Hanus, en 1490 quiso transmitir un mensaje con el reloj que diseñó a un mundo mayoritariamente analfabeto. Pero sólo si miramos y escuchamos con un mínimo de respeto seremos capaces percibirlo.

¿Con que derecho nos reímos de alguien fue lo bastante inteligente como transmitir un mensaje complejo a quien sólo entendía las señales y las palabras habladas? Nada en la obra está dejado al azar. Todo tiene un porqué y un significado. El que no lo entendamos se explica del mismo modo que el que no tengamos los colmillos largos y fuertes del resto de los depredadores.

Despertar los colmillos dormidos

Del mismo modo que cuando el hombre descubrió el fuego y la carne pasada durante un tiempo por él estaba mucho más tierna, y que no lo mataba por alguna que otra maldic… enfermedad perdió unos colmillos que ya no necesitaba para desgarrar tan correoso alimento. Del mismo modo, decimos, cuando hemos aprendido a leer textos se nos ha atrofiado la capacidad de leer imágenes y símbolos.

De esta forma, quien contempla el reloj sólo ve una serie de pinturas y figuritas que pasan muy rápido.

Dejémonos guiar, dejémonos llevar

No es nuestra culpa no precisar de los colmillos, del mismo que no lo es el no necesitar –tanto- el leguaje simbólico, de modo que es recomendable acercarse a reloj tempranito y al menos con media hora de adelanto para saber, a través de una guía, qué vemos en qué punto y en qué momento.

Eso sí: hagámoslo con todo el respeto que merecen las personas, sin ninguna duda más inteligentes que nosotros, que diseñaron y construyeron esa maravilla. La vida suele ir mejor con un poquito de humildad.

Unas Navidades diferentes

Un día en el que por fin veníamos de recorrer más de 2000 kilómetros nos planteamos ir de viaje en fin de año a pasar unas Navidades diferentes. Dicen que salir de vez en cuando siempre sienta bien y más si nuestro bolsillo se lo puede permitir. Esa mañana nos dimos cuenta que necesitábamos salir de nuevo.

El viaje a Francia no había sido lo esperado y de repente sentimos la necesidad de volver a viajar. Nos plantemos ir a Brujas, ciudad belga y situada en el extremo noroeste de Bélgica a 90 kilómetros de la capital Bruselas, pero previamente habiendo pasado por la ciudad de Amsterdam, ¡pero claro! Si alguien ha intentado alquilar un coche allí, ya sabe que cobrarán un dineral de impuestos por sacar el vehículo de la capital, así que esa idea la descartamos.

Finalmente y viendo en ese momento lo que más nos convenía decidimos hacer un mini-tour por dos de las ciudades en las que nos parecía muy interesante pasar esas fechas tan destacadas.

Un viaje, tres aviones

Puesto que iba a ser para algunos de nosotros las primeras navidades fuera de nuestro hogar tenía que ser algo que nos llamara la atención y que nos hiciera ilusión de emprender ese día. Por fin después de mucho comentar nos decidimos hacer una visita durante 4 días a Amsterdam y de pasar la Nochevieja en Londres.

¿Pasar la Nochevieja en Londres? Mucha gente habrá pensado: “¡Qué guay!” Pues bien, para realizar este mini-tour hay que saber que se debe organizar con bastantes meses de antelación. En nuestro caso, debíamos de coger un avión desde Valencia a Amsterdam y allí a Londres, así pues coger un total de 3 aviones.

La clave, planificación

Eso teniendo en cuenta en las fechas en las que deseábamos viajar con poco tiempo de margen incrementaría y mucho el precio del viaje, así que os recomiendo que lo vayáis mirando con algo de tiempo (lo ideal serían unos dos-tres meses con anterioridad).

Bueno, después de planificar cada uno de los sitios en los que nos gustaría estar y mirar cada uno de los lugares más interesantes de visitar decidimos mirar el alojamiento. Decidimos mirarlo en booking.com.

A punto de salir

Nunca pensé que diría esto, pero gracias a la atención tan buena que obtuvimos después de que uno de los hoteles nos cancelaran el alojamiento a 15 días de la salida, obtuvimos una solución que incluso salía algo mejor de precio y pudimos descubrir que existen personas buenas en este mundo y que se dedican a su trabajo con esmero y compromiso.

Nos costó algo de tiempo planificarlo todo y a la vuelta ya os contaré que tal ha ido la experiencia. Espero que os haya servido de algo los consejos y recomiendo a la gente que vaya a viajar en fechas tan señaladas en planificar su viaje más a detalle si cabe y con algo más de tiempo.

Villanueva de los Infantes: el lugar de la Mancha

No es la primera vez que hablamos de Villanueva de los infantes, aunque sí es el primer artículo que le dedicamos en exclusiva. Un lugar de tal encanto, tan agradable trato con el viajero y al que los expertos atribuyen el inicio de los novelescos viajes de Don Quijote, no merece menos.

Para empezar, situémoslo: es la capital del Campo de Montiel, comarca situada en Ciudad Real, en la región española de Castilla La Mancha. No se puede decir que se trate de una gran urbe, puesto que los infanteños se cuentan en un número por debajo de los seis mil, aunque sí puede presumir de una oferta turística muy superior a poblaciones de su entorno cinco (y más) veces mayores.

infantes

El entorno es el propio de las tierras manchegas, tan injustamente tachado de yermo. Infantes en sí es un conjunto histórico-artístico como existen pocos en el mundo. Su Plaza Mayor, una dura prueba para quienes presumen de no emocionarse ante la belleza.

Una historia milenaria

La Historia de la localidad se remonta a tiempos de la Edad de Cobre en inicios de la de Bronce, con importantes pruebas de yacimientos ibéricos oretanos. La población de Villanueva de los Infantes parece derivar de la confluencia de las de La Moraleja, Jamila y el Castillo de Peñaflor.

El maestre de Santiago el infante de Aragón, Don Enrique le concedió, por motivos políticos y económicos el privilegio de ser villa independiente en 1421, con el nombre de Villanueva del Infante. Aunque es más y muy rica, basta por ahora de Historia, que nos queda por ver mucho Arte.

Belleza en todos los sentidos

Mencionábamos en otro post que es imposible –vale: casi- encontrarse en un punto cualquiera de Villanueva de los Infantes y, dando un giro sobre uno mismo, no topar ante nuestros ojos con algún monumento digo de nuestra cámara o de quedarse impreso en retinas y recuerdo. Y lo mantenemos.

Desde los yacimientos arqueológicos como puede ser el de Jamila hasta el más contemporáneo empedrado de las calles, todo vale la pena, todo es digno de verse. Y es tal la riqueza del entorno y la población que, aun doliéndonos el alma, hemos de reducir a la mínima expresión las menciones a los diferentes monumentos.

Así, sólo podemos mencionar que son más de quince –y de veinte, si ampliamos un poco el criterio- las obras de arquitectura religiosa dignas de verse y pasmarse ante ellas. Y más: muchas, muchísimas más las que la construcción civil nos ha regalado la localidad, entre la Plaza, colegios, palacios…

Un capital infinito

Pero el principal capital, el mayor atractivo de esta villa se lo confiere algo que no está a la vista: entremos en cualquier bar, tasca o restaurante y preguntemos donde está… cualquier sitio. Los infanteños se desvivirán por indicarnos, orientarnos y, de tener la posibilidad, acompañarnos incluso.

El principal capital es la sonrisa amable, el corazón enorme y las puertas abiertas de unos vecinos que hacen que uno quiera aplicar la frase que don Miguel de Cervantes dedicaba a Salamanca: “enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que de la apacibilidad de su vivienda han gustado”

Los tesoros de Ávila

Ávila, municipio ubicado en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, tiene increíbles misterios y tesoros por descubrir, aunque es una ciudad muy antigua, ya que en la época romana se estableció la ubicaron como nuevo centro de asientos estratégicos, en la actualidad es una de las ciudades con una gran cantidad de joyas arquitectónicas muy antiguas e interesantes.

La Catedral de Ávila es una de las fuentes principales para el redescubrimiento: en ella, últimamente han encontrado (aún sin investigar) 50 cantorales de canto llano y polifonía de los siglos XIII al XX.

Esta catedral, que supuestamente empezó a ser construida hacia el año 1.091 sobre los restos de la iglesia de San Salvador, nos ofrece en la actualidad su versión de románica a gótica, regalando al turista una obra espléndida y que se mantiene joven a pesar de los siglos.

Las muy bien conservadas murallas

Las Murallas de Ávila, son otros de los tesoros a contar, estas murallas rodean el casco antiguo de la ciudad, tienen un perímetro aproximado de 2.516 metros y ocupan una superficie de 33 hectáreas. Contienen 9 puertas y 88 torreones y sus muros tienen 3 metros de grosor y 12 metros de altura: lo que se dice toda una fortaleza. Si de día es una belleza admirarla, de noche al estar iluminada es una impresionante obra que nos deja sin habla por su magnificencia.

La Sierra de Gredos es uno de los grandes pulmones de esta zona: su impresionante paisaje nos ofrece una delicia para la vista y el sentido, ofreciendo lagunas, gargantas, senderos y demás obras de la naturaleza que no debemos perdernos y saber disfrutarlos.

El «Murallito»

Ávila, al ser un centro turístico ofrece al visitante visitas organizadas y para ello una de las opciones en un tren llamado “Murallito” con una capacidad para 50 personas (teniendo este tren como opción principal para minusválidos físicos una rampa especial para que no se pierdan este hermoso paseo) recorre las zonas principales, como las Murallas de Ávila, la Catedral, sus iglesias, sus conventos, sus monasterios, ermitas y palacios.

Su gastronomía es exquisita: en cualquier restaurante podrá encontrarse con delicias para el paladar, frutos de sus tierras y ganadería, como el chuletón de Ávila, patatas revolconas, su típica sopa castellana o las Yemas de Santa Teresa.

Pasarse un fin de semana en Ávila, en pareja o en familia será una delicia en todos los sentidos, palparemos toda la historia que nos han dejado los romanos y degustaremos tanto con la vista como con el paladar lo que nos ofrece esta hermosa tierra.

Por la ruta del Quijote

Que en España somos una panda de Caínes con más bien poca vergüenza y cero de aprecio por nosotros mismos es un hecho constatado desde tiempos de los Reyes Católicos, cuando Isabel y Fernando hicieron de Castilla y Aragón un solo reino, a pesar de las envidias y las intrigas de aquellos a quienes les importaba un cuarto de pimiento si era uno solo, diecisiete o un conjunto de taifas, mientras ellos pudieran medrar.

Desde luego, la evolución es mínima. Por no decir nula: si no fuera porque Iniesta, manchego él, juega en el Barça y la selección tuviera jugadores catalanes, España ya habría perdido parte de su territorio en pro de los intereses particulares de políticos que lo son sólo de título y gobernantillos meapilas adictos a los paños calientes y la pasta fresca.

Por la ruta del Quijote

Esta diatriba introductoria viene a cuento de que hace apenas unas horas que me he enterado, después de cinco años viviendo en La Mancha, que existe una “Ruta del Quijote”. Se trata de un camino que sigue los pasos del ingenioso Hidalgo.

Las huellas del Hidalgo

Es una especie de Camino Quijotesco que sale de Villanueva de los Infantes y que recorre lugares como Campo de Criptana, cuyos molinos confundió Don Alonso con Gigantes a pesar de las advertencias de Sancho; El Toboso: pueblo del ficticio nacimiento de Dulcinea. Por no hablar del entorno de la cueva de Montesinos y qué sé yo cuántos lugares más relacionados con la más grande de la literatura española y universal.

Pero la rabia que ahora mismo siento no proviene de la ignorancia (enorme en mi caso), sino de haber visitado muchos lugares de las tierras manchegas, de saber que cada uno de ellos guarda su tesoro, su historia, relacionada con Don Quijote y de haber descubierto que son muchos los que ignoran que el ficticio Hidalgo llegó de tal sitio y se fue a cual otro.

La culpa no es de quien no sabe

La culpa no es de quien no sabe, ignorante de su propia ignorancia, sino de personajes supuestamente cultivados que niegan saber porque sería compartir riqueza con el pueblo de al lado, que gobiernan los de otro color. Y, vale: yo tuerto, pero tú ciego.

Los manchegos, gente buena, noble, no se merecen esto: unos seres que se dedican a medrar a costa de sus conciudadanos y que, si para enriquecerse, han de empobrecerlos en el sentido que sea, no tienen problema en hacerlo.

Desde ya: consideremos la cultura como nexo, que lo que nos diferencia nos enriquezca y que lo que nos une nos haga hermanos, gracias a, o pesar de nuestros gobernantes.

Clunia, nuestra Roma particular (I)

Los restos de la ciudad romana de Clunia se encuentran en la cima del Alto de Castro, un cerro en forma de muela entre los términos municipales de Coruña del Conde y Peñalba de Castro, pedanía del Ayuntamiento de Huerta de Rey.

Su extensión es la mayor de España, con 130 hectáreas y su altitud supera ligeramente los 1000 m. Cubre toda la planicie del cerro y domina sobre una amplia zona de pinares y tierras de cultivo, teniendo a sus pies el río Arandilla afluente del Duero que nace en el pueblo vecino de Huerta de Rey.

Debido a la gran extensión de terreno a cubrir en las excavaciones aún queda mucho por descubrir. Desde el 2009 las labores de acondicionamiento se han centrado en el teatro.

Recinto teatral

Data del siglo I de nuestra era. Está ubicado en una ladera con forma de media luna en la parte oriental del cerro. Debido a que su graderío aprovecha un pequeño barranco los depósitos naturales que han ido arrastrando las aguas lo han enterrado parcialmente.

Actualmente las labores de limpieza y acondicionamiento lo han dejado en condiciones de visitar y hasta de realizar en él representaciones teatrales.

Desde hace más de 10 años se vienen realizando dos festivales de teatro. El Festival Juvenil de teatro grecolatino, realizado en el mes de mayo por los alumnos de secundaria, y el Festival de Verano, que durante los meses de verano ofrece una programación de calidad con espectáculos de danza, teatro y música vinculados a otros festivales como los de Sagunto o Mérida.

El Foro

Otra de las construcciones que podemos admirar es su Foro. Excavada solamente su mitad orientan, por las dimensiones que presenta se puede ver que Clunia era una gran ciudad comercial muy importante en la zona.

Es el punto central de toda ciudad romana, ya que es la plaza pública donde se celebra toda la actividad tanto comercial como jurídica. Está situado en la parte más elevada del cerro, convirtiéndose así fácilmente en el centro de referencia de cualquier visitante.

Templo de Júpiter

También en el foro se centra la actividad religiosa. En la zona sur estaba ubicado el Templo de Júpiter, en honor de uno de los tres dioses tutelares romanos que formaban la Triada Capitolina: Júpiter, Juno y Minerva.

Su fachada miraba al norte y estaba flanqueado por dos pedestales con unos monumentos de gran dimensión. Como centro de la actividad religiosa ocupaba un espacio dominante sobre el resto de edificios.

Centro de comercio y vida pública

En el centro del foro era donde se congregaba el comercio. En Clunia se da la particularidad de que la plaza porticada es más ancha de lo habitual, pudiendo así permitir el estacionamiento no sólo de comercios fijos (tabernas y almacenes), sino también ambulantes.

Esto era fundamental en una ciudad de su importancia, ya que así se facilitaba la realización periódica de ferias, reuniones y actos. Entre estos últimos se encuentran los juegos y otros espectáculos que no se celebraban en el recinto del teatro.

 Los baños

Para los romanos los baños no sólo eran un lugar donde asearse, sino un acto social. Allí iban a relacionarse en un ambiente relajado. Se reunían para conversar, comer, recibir masajes y realizaban ejercicios gimnásticos.

Esta función social era tan importante, que la construcción de los edificios y su mantenimiento era una forma de promoción política. En Clunia se han descubierto, hasta el momento, tres termas: las pequeñas del Foro y las del conjunto termal Los Arcos.

Exclusividad de Clunia

La proximidad de ambos edificios se debe a que este sector estaba destinado a fines termales para poder aprovechar mejor los recursos del agua de las lagunas de subsuelo.

Este conjunto termal es un ejemplo único en la arquitectura romana que se ha encontrado en la Península Ibérica, demostrando que Clunia estaba considerada de suma importancia durante los dos primeros siglos del Imperio romano.

Las necrópolis

Según las leyes y costumbres romanas, las necrópolis debían situarse fuera de los límites de las ciudades, al lado de las vías de acceso. Sin embargo, debido a la orografía del lugar, esto no fue posible en Clunia.

En las excavaciones que se han realizado hasta el momento todas las necrópolis se han encontrado al pie de las laderas, por lo que se considera que los límites debían ser los de la propia plataforma.

La romana

En la zona norte se sitúa la primera de las tres necrópolis conocidas. Está muy cerca de una de las calzadas romanas, cumpliendo así sus costumbres.

En el este se encuentran los restos de un mausoleo y se han encontrado varias inscripciones funerarias. Y por el oeste se encuentra la tercera.

A los pies del teatro

Entre el 2008 y el 2009 se encontró una necrópolis sobre los escombros de parte del teatro que se ha fechado alrededor del siglo V.

Según todos los indicios se cree que son enterramientos de hombres jóvenes fallecidos de forma violenta. Puntas de flecha, traumatismos, mutilaciones, todo apunta a algún enfrentamiento bélico.

La visigoda

En el centro de la ciudad se ha localizado una última necrópolis, utilizada entre los siglos IV al VIII. Las señales que muestran los enterramientos indican que es una necrópolis cristiana.

Además, en el mismo emplazamiento estuvo situada la ermita medieval de la Virgen de Castro, que puede ser la sucesora del antiguo culto cristiano de la época visigoda.