La esquina de los tres coños

En Salamanca, allí donde se cruzan la Calle de la Compañía con la Rúa Mayor, se halla la que el ingenio estudiantil ha llamado la “Esquina de los tres coños”. Nada tiene de machista ni se relaciona el apelativo con el trabajo de meretriz alguna que desarrolle su labor en un cruce, por lo demás, céntrico y muy concurrido.

El motivo de tan curioso sobrenombre lo descubriremos paseando, por la deliciosa Calle de la Compañía (sí: la de Jesús), en dirección a la susodicha Rúa Mayor (hasta donde yo sé, no existe una Rúa Menor). Ya cerca de la intersección, si uno gira la mirada hacia la derecha, se topa con la majestuosa Clerecía.

La esquina de los tres coños

Se  trata del antiguo Real Colegio del Espíritu Santo de la Compañía de Jesús, construido a lo largo de los siglos XVII y XVIII, de estilo barroco. El nombre de Clerecía se debe a una denominación abreviada de su pertenencia a la Real Clerecía de San Marcos tras la expulsión de los jesuitas de España. En todo caso, es una construcción descomunal que pretendía dejar constancia de el poder de los jesuitas en España, ante la cual el sorprendido turista exclama: “¡Coño, qué alto!”

La bella y la mole

Entonces, abrumados, pretendemos dar unos pasos atrás, para apreciar esa maravilla, y nos giramos con que nos tapa el camino un edificio precioso, construido precisamente (o al menos como objetivo secundario) para que no podamos extasiarnos ante la mole.

Nos detiene la Casa de las Conchas levantada por un rival de los jesuitas: Rodrigo Maldonado, caballero de la Orden de Santiago. No podemos ver la gran obra jesuita, pero, ante la belleza del muro, no nos queda más remedio que exclamar: “¡Coño, qué bonito!”

Pero… ¿No eran tres?

En todo caso, uno y otro edificio están plagados de leyendas, Historia e Historias de la historia. Como la que cuenta que, debajo de una de las conchas de la fachada del palacio que lleva tal nombre se halla una moneda de oro.

Es probable que fueran los propios jesuitas quienes expandieran el rumor, con el fin de que el pueblo llano intentara encontrarla y destrozase el muro, dejando así el edificio rival sin interés y facilitando su destrucción. A la vista está que no fue así.

Pero hemos hablado de dos de los tres coños por los que el chascarrillo popular nombra la esquina ¿dónde está el tercero? La calle se acaba con ambos edificios… Sigamos caminando en el gélido invierno charro, pesando en pedir la hoja de reclamaciones por tan descarada estafa. Llegamos al final de la calle, nos asomamos a la Rúa y… “¡¡Coño, qué frío!!”

El Vaticano. Es curioso

Es curioso lo de este país. Se trata del más pequeño del mundo, con 0,493 kilómetros cuadrados (una 44 hectáreas). Es tan pequeño que una sola basílica, la de San Pedro, ocupa el 7% de su superficie, un 20%, si sumamos el área de la plaza del mismo nombre.

Viven en él, oficialmente, 900 personas y, también de manera oficial su tasa de natalidad es cero. Sus decisiones de estado las toma un monarca absoluto elegido por una élite de la que parte no posee la nacionalidad… Y sin embargo es uno de los países más influyentes del planeta.

El Vaticano

La Ciudad del Vaticano está reconocida como estado desde 1929, merced a los Pactos de Letrán y es, como todo el mundo sabe, el centro del catolicismo en todo el Planeta. La Santa Sede.

Explorando algunos “secretos”

Como hoy tenemos el día curioso, vamos a ver algunos detalles que  hacen del Vaticano un estado especial. A pesar de ser el país más pequeño de la Tierra, sus pocos habitantes sólo le confieren el séptimo lugar en cuanto a densidad de población, con 2.118 habitantes por kilómetro cuadrado. Lo superan otras seis ciudades estado –la primera es Macao, con 19.610-.

El nombre de la ciudad proviene de latín: se halla en el Monte Vaticano, cuyo nombre nace a la vez de vaticinium, ya que la colina era la sede de un oráculo etrusco. Por cierto: aunque se hablan varios idiomas, el oficial de este país es el latín.

Sólo siete gobernantes supremos

Más curiosidades –me lo estoy pasando en grande- A pesar de que la Historia nos ha dejado 265 papas hasta ahora (dato discutible, de acuerdo), el país sólo ha tenido, debido a su reciente fundación, siete soberanos.

El ejército del Vaticano es la Guardia Suiza: 100 soldados, 4 oficiales, 23 mandos intermedios, 70 alabarderos, 2 tamborileros y un capellán. Visten un uniforme diseñado en el Renacimiento por Miguel Ángel Buonarrotti  y, además del entrenamiento con armas modernas, están adiestrados en el uso de la espada y la alabarda. Por cierto: son todos varones.

¡Cómo comen en el Vaticano!

En cuanto a su gastronomía, en 2006 se publicó un  libro que recoge recetas como “la Última Cena” o los platos favoritos de algunos papas. Por cierto: ¿sabías que la salsa verde o el baño maría nacieron en las cocinas vaticanas?

Podríamos seguir con –muchos- otros detalles, más curiosidades sobre este microestado que es, al mismo tiempo uno de los más visitados, sea por ocio, sea por devoción. Pero lo que haremos será invitarte a descubrirlo, aunque eso será en otra ocasión. Ya sabes: la paciencia es una virtud.

Jaén

Si algo nos gusta hacer en este blog es romper tópicos. Y uno de ellos, injusto, es el que existe de Despeñaperros hacia el Sur. Andalucía es más, mucho más que flamenco, toros, siesta y fiesta. De hecho, vamos  jugar a no usar estas cuatro palabras en todo el artículo.

El turista que va al Sur, que se acerca por tierras andaluzas lo hace con prejuicios. No podemos negar la imagen que en el resto de España y del mundo si tiene de estas tierras. Es más: en buena parte del planeta se asocia a España con los la imagen tópica de Sevilla. Con eso, o con la paella.

Pues la riqueza de esta Comunidad, por mucho que les pese a algunos, va más allá de todo ello. Nada más abandonar los inmensos viñedos manchegos, cruzando el desfiladero que separa ambas comunidades, llegamos a la infinitud de los olivares jienenses. Literalmente, os acompañan durante kilómetros sin que se vean más de diez metros cuadrados de suelo sin un árbol.

Decía don Miguel…

Se nos vienen a la mente los versos de Miguel Hernández: “Andaluces de Jaén, / aceituneros altivos, / decidme en el alma: ¿quién, / quién levantó los olivos? / No los levantó la nada, / ni el dinero, ni el señor, / sino la tierra callada, / el trabajo y el sudor.”

Además de los paisajes, verdes hasta donde alcanza la vista, de personas nobles, acostumbradas y quizá contagiadas de la dureza del olivo y su labranza. Además de olivares a través de los que una ardilla podría atravesar, ya que no la provincia, buena parte de ella. Además de campo, Jaén tiene cultura. Arte. Historia.

Una Historia inabarcable

Pero hoy, nos quedaremos sólo en la capital. Existe constancia de la presencia humana desde tiempos del Neolítico, de modo que la riqueza histórica y artística de  la ciudad está fuera de toda duda. Por ella pasaron y se asentaron romanos, visigodos, árabes, judíos, cristianos… El jienense vive de su tierra, pero desciende de mil pueblos.

Prueba de esa multitud de orígenes es el arte que puede verse en toda la capital y sus alrededores. De entre todos ellos, destacaremos la catedral de La Asunción, templo renacentista del siglo XVI; los baños árabes o “Baño del Niño” y la judería en toda su extensión. Los reseñamos como restos de las tres culturas que más han  influido en la forma de ver actual, no ya de Jaén, sino de toda España.

Jaén ofrece más argumentos, pero sería injusto, además de imposible, abarcarlos todos en n escrito: hemos de visitarlo, tocarlo, olerlo, sentirlo… Y hemos terminado un artículo sobre una ciudad andaluza, tal vez por hacerle justicia, sin mencionar las palabras “flamenco, toros, siesta y fiesta” ¡Huy! Perdón.

La niñez de la Bella Roma: el Foro Romano

Como si hubiéramos arrojado una moneda a la Fontana de Trevi, regresamos a Roma. Tal vez porque en lugar de uno, son dos los óbolos que hemos arrojado al agua y nos hemos enamorado de tan bella dama italiana: la Ciudad Eterna. Y, como enamorados, queremos saber más de ella. Saberlo todo, porque todo nos va a gustar.

Hoy le preguntamos a Roma por su pasado, por su niñez. Y ella nos relata un recuerdo de su infancia: nos habla de sus amigos, de sus creencias, de cómo se divertía y de las noticias y cotilleos que recuerda. Nos habla del Foro Romano.

Foro Romano

Se trata del lugar don de se desarrollaba la vida pública y religiosa de la antigua Roma, de su niñez. Junto con el Coliseo es la mayor muestra que exhibe, orgullosa, de los que fue el Imperio Romano. Roma es así: bella desde siempre y orgullosa de su pasado y de su presente.

El olvido y la vuelta al origen

Pero no todo fueron días de gloria para el Foro, matiza la bellísima italiana. Recuerda que con cierta tristeza el lugar caía en el olvido al finalizar el Imperio y que, aunque ya desde el siglo XVI ya se sabía de él, no fue hasta el XX cuando se realizaron las excavaciones para sacarlo a la luz.

“¡Con lo que costó construirlo! Corpo di Bacco!”, se indigna. Hasta enfadada es arrebatadora. Y no es extraño que se moleste por el abandono de siglos: no fue fácil construir el lugar, ya que antes lo ocupaba una ciénaga que hubo de dragarse mediante la Cloaca Máxima, uno de los primeros sistemas de alcantarillado del mundo.

Tras siglos, el Foro sigue siendo espectacular

El caso es que el fruto de la obra fue espectacular. Aún hoy se conservan varios templos (Venus, Saturno, Vesta, Rómulo… ), por no hablar de otros puntos de interés que Roma menciona, entrecerrando los ojos, entre vanidosa y nostálgica.

La ciudad sonríe al recordar cuando se hablaba latín en la Via Sacra, su calle principal, la que comunicaba la Plaza del Campodoglio y el Coliseo; el arco que se construía para conmemorar la victoria de Tito en Jerusalén así como el que conmemoraba los tres años en trono de Severo Septimio.

Templos y basílicas

Roma se yergue, presumida, cuando habla de la parte mejor conservada del Foro: el templo de Antonino y Faustina, que compara con la ya casi inexistente basílica de Majencio y Constantino… “¿En qué estaba pensando el arquitecto de uno de los edificios más importantes del Foro?”, masculla Roma.

Claro que el enfado se disuelve en orgullo cuando piensa en la columna de Focas, levantada en honor del emperador de Bizancio del mismo nombre y que lleva quince siglos en pie. Y el orgullo alcanza proporciones casi pecaminosas cuando menciona que, en su seno se dada uno de los sistemas políticos más avanzados de la época: en la Curia se reunían los senadores para tomar las decisiones que le afectaban a ella y a su pueblo.

Cuando le comentamos que ir a verla y no visitar su Foro es como ir a París y no ver la Torre Eiffel, Roma nos ensarta con la mirada: “¿París? ¿Quién en esa?”

Mónaco Ville, el Mónaco antiguo

En cuanto uno pone los pies en Mónaco, tiene la impresión de que debería estar pagando un dineral por desgastar sus calles con los pies. Afortunadamente, nadie se va a acercarnos a ver cuánto pesamos o lo duras que son nuestras suelas y cobrarnos el desgaste de acera en proporción.

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El Camino de Santiago, entre el turismo y la espiritualidad

Los motivos para seguir la Ruta Jacobea o Camino de Santiago varían de unos a otros peregrinos: desde un viaje de descubrimiento espiritual hasta el mero gusto por el arte. Como la cuestión de la espiritualidad queda un poco fuera de nuestro ámbito, recalcaremos la del arte.

Y la de los paisajes. Y la de las gentes. Y la de la gastronomía. Y… ¿Nos va a caber todo en un solo artículo? Bueno, vamos a destacar apenas una de estas facetas en alguna de las etapas del Camino. Tiempo habrá de comentar más aspectos y más profundamente.

camino de santiago

Comencemos por el arte: cierto que la Ruta Jacobea está jalonada de arte románico, el que imperaba cuando se iba estableciendo la ruta. Pero no es menos cierto que algunas construcciones se salen de la sobriedad románica, alzándose al cielo como agujas entre dedales. Tal es el caso de la catedral de León, ejemplo de gótico francés puro en España, construida a imagen de la catedral de Reims, sólo que a un tercio de su tamaño.

La “Bella Leonesa” y la senda que conduce a ella

Entrar en la catedral de Santa María de La Regla o la Pulchra Leonina, que ambos nombres recibe también, es hacerlo a un lugar donde las bastas paredes románicas se han convertido en vidrieras, que parece “flotar” y hace que el peregrino, ya casi agotado por el largo camino recorrido desde Roncesvalles, retome las fuerzas inundado e hipnotizado por la luz y el color, ya que no de los músculos, de un espíritu que, en algunos casos, no creía poseer.

Hemos dicho que también hablaríamos de paisajes, pero los de Camino Francés son tantos y de tal belleza que se hace complicado elegir sólo uno. Hagamos el esfuerzo… Nos quedaremos con los del inicio del camino, obviando, para mejor ocasión, los del Bierzo o los gallegos.

Cuando caminamos por las sendas de Roncesvalles, no podemos por menos que apreciar unas vistas que en algunas ocasiones no pueden diferir en exceso de las que sobrecogían a los peregrinos del Siglo XIII. Con la diferencia de que ahora es poco probable que se dé el ataque de alimañas o que los bandidos te asalten en un camino. Disfrutemos de un paisaje verde y acuático que se transformará en mucho más árido cuando hallemos Tierra de Campos.

Un reconstituyente en el último tercio del Camino

En cuanto a la gastronomía, y a sabiendas de que en España se come mucho y bien, hemos tenido que hacer una criba durísima… Es injusto mencionar sólo un manjar, pero, como hemos decidido que así sea, vamos a quedarnos con el potente botillo del Bierzo. Se trata de un embutido de cerdo, tradicional de esta comarca fronteriza entre León y Galicia capaz de llenar el más grande de los estómagos y saturar de sabor intenso al más insensible de los paladares.

En lo que no podemos cumplir la promesa es a la hora de hablar de las gentes que nos acogen en la ruta jacobea: no es más ni menos un navarro, que un castellano, un gallego cualquier otra persona acostumbrada a abrir puertas y corazón ante el agotado y polvoriento peregrino.

Más adelante, más.

Córdoba La Bella

Subo el volumen del CD mientras suena uno de los éxitos de Medina Azahara: “Paseando por la mezquita”. Estos cordobeses de pro, representantes destacados del rock flamenco han retratado como pocos la belleza de una de las ciudades que invita, por no decir que arrastra a volver a gozar de ella una y mil veces.

Ya que estamos “paseando por la mezquita” en ella comenzamos nuestro recorrido por Córdoba. Comenzaba su construcción en 786, sobre el lugar donde estaba a basílica visigótica de San Vicente Mártir y se fue ampliando durante el emirato y califato cordobeses. En 1238, se convertía la Mezquita en una catedral católica, tras la reconquista.

jardines

Finalmente, en 1583, se empezaba a construir una basílica renacentista de estilo plateresco en el centro del edificio musulmán, respetando, por extraño que resulte, buena parte de la construcción árabe. Un respeto y una convivencia que muy bien pueden interpretarse en los versos de la canción que ahora mismo escucho: “Nos fuimos en silencio / con una esperanza nueva / de resurgir en el cielo / unida nuestra bandera”.

Calles estrechas y con encanto

Como las guías turísticas y los libros de arte son abundantes, no entraremos a describir en profundidad un monumento que para entenderlo hay que vivirlo. Seguiremos, si embargo, paseando por las estrechas calles que circundan a la mezquita-catedral, nos tomaremos un salmorejo a su sombra  gozaremos del río, patios y museos.

Entre restos arqueológicos de diversas culturas que tuvieron el sitio por su hogar, como romanos o árabes, no acercamos a otro de los puntos más concurridos: un oasis en el verano andaluz y una reserva de belleza suficiente para abastecer a todo un planeta.

La belleza por la belleza, los jardines del Alcázar de los Reyes Católicos

Se trata de los jardines del alcázar de los Reyes Católicos. Una espectacular muestra de lo deliciosamente caprichosa que puede ser la Humanidad cuando se conjugan poder y buen gusto. Posiblemente, diseñados  y construidos a partir de la época de Abd-al-Rahman II, se trata de una extensión verde con abundancia de agua, plantas y, por supuesto, obras de arte de todo tipo.

Una costumbre que está creciendo con fuerza en la ciudad califal es la de que las parejas recién casadas acudan a estos jardines a fotografiarse. De este modo, no es extraño que, paseando entre árboles y albercas, los turistas se topen con tres o cuatro parejas en plena sesión para su álbum de boda.

Córdoba la Bella, la Histórica, la Monumental…

Córdoba es una ciudad plena de Historia, rincones, monumentos, anécdotas, leyendas y, sobre todo, belleza. Se trata de un lugar al que no se le haría justicia visitándolo sólo durante un fin de semana. Es más: sólo disfrutando de sus casas y calles durante una vida puede apreciarse el encanto de la población.

Lástima que nadie sea profeta en tierra propia y que quien vive rodeado de belleza raramente la disfrute.