Vacaciones en Mallorca: Hotel Bosc de Mar

Si estás buscando un lugar para relajarte durante tus próximas vacaciones y recuperar fuerzas después de un duro año de trabajo, tenemos el lugar perfecto para ti: el Hotel Bosc de Mar. Un establecimiento situado en el pequeño municipio de Cala Rajada que cada año recibe la visita de miles de turistas atraídos por la belleza de sus playas y sus paisajes. Contando además con un puerto de cierta importancia dentro del archipiélago balear que en al actualidad es punto de parada de multitud de cruceros internacionales.

bosc de mar

Cala Rajada es el lugar perfecto para disfrutar del sol y la playa y descansara, alejado del bullicio y el ruido de la ciudad, y de las precocupaciones diarias. Pero además, el municipio ofrece al turista la posibilidad de acceder a un amplio abanico de servicios creados especialmente para unas vacaciones inolvidables: actividades de ocio, restaurantes, comercios, etc.

Si decides visitar Cala Rajada, nosotros te recomendamos que entre todos los alojamientos que encontrarás, reserves en el Hotel Bosc de Mar. Un hotel situado en primera línea de playa donde podrás disfrutar de unas maravillosas vistas mientars te relajas leyendo un buen libro o tomando una copa con los amigos. Pero además, este establecimiento cuenta con habitaciones de lujo, equipadas y decoradas para lograr el mayor confort del cliente, restaurante buffet, donde podrás degustar todas las delicias de la región, y piscina para que puedas relajarte sin tener que salir del hotel.

Eso sí, ten en cuenta que en temporada alta es cuando más turistas visitan la zona, por lo que siempre es mejor reservar con antelación. De de esta forma, podrás encontrar además las mejores ofertas para tus vacaciones.

Plantéate ir de museos, puede ser divertido

Visitar un museo, así de primeras, no suena apasionante para organizar unas vacaciones que vayan exclusivamente de eso. Sin embargo, para algunas personas es lo más emocionante que se puede hacer para conocer la cultura a lo largo de la historia de los sitios que visitas.

Además, hay que intentar dejar de ver a los museos como esas moles del saber lleno de polvo, donde aburrirse soberanamente mientras te pierdes por intrincados pasillos que siempre te llevan al mismo cuadro (a mí me pasaba esto antes en El Prado: fuera hacia donde fuera siempre terminaba en la sala de los tapices de Goya…).

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