Yo estuve en Cancún y regresé para contártelo VIII: Playa del Carmen

Playa del Carmen es uno de los lugares que debes visitar si te gusta el bullicio, el ocio y las compras. Está muy cerca de Cancún, entre éste y Tulum. Nosotros fuimos de paso cuando visitamos las ruinas arqueológicas, pero hay mucha gente que va a pasar el día; hay autobuses que te llevan desde Cancún, así que no tiene pérdida. Continuar leyendo «Yo estuve en Cancún y regresé para contártelo VIII: Playa del Carmen»

Yo estuve en Cancún y regresé para contártelo III

Aquí estoy de nuevo para seguir contándote cosas de Cancún. Como dije el otro día, Cancún tiene sitios maravillosos que ver si te gusta la naturaleza en estado puro. Hoy hablaré de un lugar de visita obligada si os gustan los animales:el Parque Ecológico Kabah Continuar leyendo «Yo estuve en Cancún y regresé para contártelo III»

Yo estuve en Cancún y regresé para contártelo II

Aquí estoy, de nuevo, dispuesta a levantar la alfombra de la zona turística de Cancún para enseñarte la llave de la puerta de algunos paraísos poco conocidos y también la basurilla que han barrido para esconderla debajo. Continuar leyendo «Yo estuve en Cancún y regresé para contártelo II»

Yo estuve en Cancún y regresé para contártelo I

Yo estuve en Cancún, sí, una semana en un hotel con la oferta de todo incluido y aquí estoy, de nuevo, dispuesta a desvelarte todas las maravillas y defectos de un lugar que podría ser totalmente paradisíaco como la cercana Rivera Maya si no fuera porque es tal la explotación hotelera a la que le han sometido desde principios de los 70 que ya no queda nada de la gloria de aquella islita de pescadores rodeada de selva virgen y playas vírgenes de suave arena impoluta que se estiraba perezosa a la orilla del mar Caribe en los meses plácidos de calma y resistía valiente las temporadas de los furiosos huracanes que azotaban las copas de sus árboles. Continuar leyendo «Yo estuve en Cancún y regresé para contártelo I»

Ruta de las Caras: unión de lo místico y la historia

Si somos amantes del senderismo y la naturaleza, y queremos además disfrutar de unas vistas únicas e inolvidables, van a disfrutar con la apuesta que hoy les traemos, la Ruta de las Caras. Situada entre los municipios de Entrepeñas y Buendía, en la provincia de Cuenca.

Se trata de un paraje formado por pinares y rocas areniscas, algo que los ciudadanos de la localidad aprovecharon para crear sus propias obras de arte: esculturas y bajo relieves de 1 a 8 metros de altura. Un hobby que se ha terminado por convertir en un recorrido que nos transporta a culturas y civilizaciones propias de la India o el Antiguo Egipto, aunque también algo místico y oscuro, como el caso de su cráneo al final del recorrido.

Cráneo de la Ruta de las caras
© Lovexno – Fotolia.com

Recorrido turístico para toda la familia

Se trata de un paseo que conecta Buendía con su pantano, por lo que resulta agradable caminar por él. La zona está acondicionada y cuenta con escasos desniveles, salvo zonas que se sitúan cerca del pantano, más rocosas y escarpadas.

Con el nombre ya podemos hacernos una idea de lo que vamos a encontrar. Rostros que nos evocan otros lugares y otros tiempos. Unas imágenes estáticas, en posición frontal pero con una leve sonrisa, dependiendo de la posición en la que nos coloquemos para observarla.

Se trata de una técnica arcaica empleada por algunos artistas de la piedra para hacer que la escultura cambie levemente según la orientación. Un toque característico y único que los autores locales de Buendía aprendieron a trabajar para dar vida a estas obras únicas en el mundo.

Pantano de Buendía

Al estar localizado en Buendía, provincia de Cuenca, próximo a Madrid y Guadalajara, este lugar es propicio para aprovechar y descansar de la ciudad en un paraje de vistas inolvidables, que muchos han pasado a denominar el Mar de Castilla.

Es agradable recorrer la senda de la Ruta de las Caras, pero más aún sabiendo que al finalizar, encontraremos todo un oasis. El Pantano de Buendía se abrirá ante nosotros en la última curva para ofrecernos un agua clara y azul. Una postal que parece recordar a una isla con sus calas semiocultas y poco conocidas.

Un remanso de paz que podemos completar con otras rutas por la Sierra de Altomira, perfectamente señalizadas y en donde nuevas postales volverán a cautivarnos. Además, tenemos la posibilidad de escoger entre caminatas de medio y largo recorrido, dependiendo del tiempo y nuestro ánimo como aventureros.