Dice Ortega y Gasset: “Castilla es ancha y plana, como el pecho de un varón; otras tierras, en cambio, están hechas con valles angostos y rendondos collados, como el pecho de una mujer”, si no me falla la memoria en España invertebrada. Si sí me falla, qué le vamos a hacer…
No seré yo quien niegue la belleza literaria del entrecomillado, ni pienso puntualizar desde el punto de vista de la geografía o de la política a afirmación de don José. Jamás lo uno ni lo otro. Pero, desde el punto de vista de la orografía, tengo alguna que otra puntualización: Castilla no siempre es una meseta plana, donde la vista se pierde en el infinito.
No es la primera vez que afirmo y presumo de mi origen gallego, del mismo modo que no lo es que agradezco la adopción que en una y otra Castilla me han ofrecido. Y, tal vez por ello, por mi vida entre valles y montes, cuando llegué, con catorce años escasos, a León y vi que mis ojos miraban al horizonte y la Meseta se asemejaba al mar y se juntaba, plana, con el cielo, recodé la cita, que ya por entonces había oído en algún lado.
Una cita en tela de juicio
Como El Bierzo o la zona norte de León es un área fronteriza, seguí dando por buena la frase de Ortega. Y, la verdad, a esas edades no te paras demasiado a pensar en estas cosas.
Ya mayor de edad, en Salamanca, me llevaron a conocer La Alberca, Sotoserrano, Miranda del Castañar… Pueblos, todos ellos, serranos y castellanos (y leoneses, si nos ponemos precisos). Algo no encajaba ¿Esa era la planicie que mencionaba el filósofo?
Naturalmente, sé que el Sistema Central divide a la Meseta en dos, pero, con todo, vamos a obviar ese espinazo montañoso y hablar de las supuestas llanuras que están al norte y al Sur. Bueno, no: al norte ya he dicho que mi percepción cambió al conocerlas sierras salmantinas.
Don Quijote en bicicleta
Pero, ¿y al sur? ¿Podía Don Quijote haber recorrido La Mancha en bicicleta más cómodamente que a caballo? Es posible. Pero Cervantes tendría que haberse ahorrado, por ejemplo, el pasaje de los molinos, puesto que estos, para aprovechar el viento, se construían en alto…
… Altos y altozanos que jalonan las tierras manchegas, por no hablar de diferentes sistemas montañosos que, por modestos, no estudiábamos en la escuela: la serranía de Cuenca, los Montes de Toledo, las Sierras de Alcaraz y Segura… Lugares todos ellos merecedores por sí mismos de un artículo aparte.
Un artículo que tendrán, aunque sólo sea por poner en tela de juicio una afirmación tan comúnmente aceptada.