Con este nombre, quizás a nadie le suene, pero así se denomina también a una de las ciudades más bonitas y románticas de España: Donostia. No hay momento en nuestro paseo en el que no nos quedemos alucinados con las vistas, sus señoriales edificios, la famosa playa de la Concha, el rico olor a la mejor gastronomía en la parte vieja….
Verdaderamente es una ciudad mágica durante todo el año, pero hay tres fechas muy especiales para visitar la ciudad: el día San Sebastián, Semana Grande y El festival de cine en septiembre. En estos tres momentos, es cuando la ciudad más brilla y más colorido tiene, pero en realidad, todos los días parece renovarse su magia.
Hay muchísimas cosas que comentar sobre ella, porque ofrece al visitante multitud de opciones, de ocio, cultura, gastronomía, diversión... y esa diversidad la hace especialmente rica. Sus calles y espectaculares edificios se abren paso ante nosotros para disfrutar precisamente de esa gran oferta que nos brinda esta ciudad.
El Boulevard
El Boulevard es el centro neurálgico de la ciudad, es donde todo el mundo se reúne para pasear, tomar algo o degustar los mejores pintxos. Es en este punto donde a cada paso encontraremos tabernas con barras interminables llenas de pintxos muy elaborados que seguro os encantarán.
Si os gustan las salidas nocturnas, en la parte vieja de la ciudad encontraréis pubs y bares de todos los estilos, desde bares más tradicionales donde degustar una copa o un cocktail con mucho estilo, a aquellos con estilos musicales más concretos. Si soys amantes del heavy y de la buena música, os recomiendo un bar llamado Minuto y Medio que está situado al lado del mercado de la Bretxa y pegado al Boulevard.
El Kursaal y la Zurriola
Cuando se construyó el Kursaal muchos estuvieron en contra de su estética y su diseño porque rompía totalmente con el aire señorial de la ciudad. Este audiotio que acoge todo tipo de eventos, el más famoso de ellos el Festival de Cine, está muy cerca del conocidísimo Hotel María Cristina en el que se han alojado grandes personalidades de todos los ámbitos.
Los amantes del surf también tienen su hueco en la ciudad. La playa de la Zurriola, que tiene una longitud de 800 metros, es un marco perfecto para coger unas olas y disfrutar del mar. Los que prefieran sentirse libres y practicar nudismo,pueden hacerlo sin problemas y con total libertad.