La Rioja, vinos e historia

La Rioja es uno de esos paraísos interiores donde se puede uno ir unos días a relajarse en la montaña o entre viñedos en uno de los pequeños pueblos de piedra llenos de historia y arte arquitectónico. Además, de ese remanso de paz en La Rioja podrás disfrutar de una excelente gastronomía en cualquier parte de esta diminuta comunidad.

Los habitantes de La Rioja son gente amable y que te ayudará en lo que necesites, pues están acostumbrados a las visitas de los turistas y son gente muy noble. Muchos riojanos disponen de pequeñas bodegas donde realizan su vino de forma artesanal y que a veces ponen a la venta al público.

la rioja

Aunque hay pocas vides, esta comunidad tienen una de las mejores denominaciones de origen del país en cuanto a vinos y muchas de las grandes bodegas dejan ver su lugar de trabajo en lo que es una visita apasionante por la cultura del vino.

Bodegas para visitar

Una de las más impresionantes es Dinastía Vivanco ya que dispone de un museo con cientos de elementos relacionados con el vino desde una colección muy original de descorchadores hasta dibujos de la película de Disney Fantasía, de la parte en que sale Baco borrachín.

Otro de los grandes hitos es el edificio de las bodegas de Marqués de Riscal en el pueblo de Elciego, que aunque pertenece a la provincia de Álava está lindando con La Rioja. Esta bodega tiene el atractivo de que fue construida hace unos años por el genial arquitecto F. Gehry (diseñador del Museo Guggenheim de Bilbao).

Logroño

Si pasas unos días, estaría genial que visitaras pueblos señoriales como Haro o que invirtieras unas horas en ver el Monasterio de Xuso y Yuso,  que es cuna y origen de la lengua castellana. También deberías ver los encantadores pueblos de montaña de la zona de Cameros, o Santo Domingo de la Calzada, Alfaro o Aldeanueva de Ebro…

Y sobre todo, lo que no te puedes perder es la capital, Logroño, un sitio precioso por donde pasear tranquilamente en calles preciosas. Puedes visitar la imponente catedral y después ir de pinchos por la famosa calle Laurel, pero cuidado, a esa ronda la llaman la calle de los elefantes por las “trompas” que se pueden coger al ir de vino en vino.

También puedes ver en el paseo del Espolón la monumental escultura de Espartero a caballo, famosa por el dicho alusivo a los grandes atributos del caballo y muy bonito además es pasear por los puentes que cruzan el Ebro.