Plantéate ir de museos, puede ser divertido

Visitar un museo, así de primeras, no suena apasionante para organizar unas vacaciones que vayan exclusivamente de eso. Sin embargo, para algunas personas es lo más emocionante que se puede hacer para conocer la cultura a lo largo de la historia de los sitios que visitas.

Además, hay que intentar dejar de ver a los museos como esas moles del saber lleno de polvo, donde aburrirse soberanamente mientras te pierdes por intrincados pasillos que siempre te llevan al mismo cuadro (a mí me pasaba esto antes en El Prado: fuera hacia donde fuera siempre terminaba en la sala de los tapices de Goya…).

Plantéate ir de museos, puede ser divertido

Ahora, los espacios museísticos han cambiado su política e intentan ser más ligeros en contenido para que todo el mundo se sienta atraído y, por otro lado, se hacen cada vez más didácticos de una manera interactiva y llena de audiovisuales que fascinan al visitante. Una muestra de esto es la remodelación que se ha llevado a cabo en el MAN (Museo Arqueológico de Madrid), que reabrió sus puertas al público el pasado mes de abril.

Actividades para familias y niños

Ese intenso acercamiento del museo a la sociedad se produce de manera más activa. Lo que procuran muchos espacios museísticos es tratar que la visita se realice en familia. Para este fin, muchos ofertan distintas actividades que pueden realizar los padres junto con los niños o bien dirigidas a niños solos.

Algunas de estas actividades son visitas especiales con guías que tratan de enseñar las piezas del museo por medio de juegos y otros elementos. Otras actividades estimulan que el niño dibuje lo que está viendo, lo que más le llama la atención del lugar donde se encuentra. En cualquier caso, formas divertidas en las que disfrutar en familia.

Museos para todos los gustos

Por otra parte, cada vez se está implantando más un nuevo modelo de museo, más pequeño y concentrado en un tema en particular en vez de grandes museos llenos de objetos que, a la larga, cansan por la cantidad de tiempo que necesitas para verlos.

Hay museos de todo tipo: etnográficos, del fuego, del agua, del traje, de minerales… y de cualquier otra cosa que se nos ocurra. Lo que suele pasar es que en cada lugar se construyen espacios dedicados a lo que tradicionalmente es representativo de esa ciudad. Como hay tanta variedad solo tienes que escoger el que más te guste.