Salamanca, tierra mía

Como cantara el gran Rafael Farina “Salamanca, tierra mía, de arte y sabiduría eres joya sin igual”. Esa joya es sin duda Salamanca, una ciudad ideal para pasar unos días de escapada, de descanso en el interior rodeado de la belleza del arte en piedra y de un estupendo ambiente juvenil gracias a la Universidad.

Eso es lo que tiene esta ciudad castellana que tiene por orgullo ser la ciudad que conserva la más antigua universidad en España. El cerro de San Vicente, donde se asienta esta Salamanca milenaria, ha visto pasar por él distintos pueblos a lo largo de los siglos. Vacceos, vetones, romanos, visigodos y musulmanes han vivido a la ribera del Tormes hasta que Raimundo de Borgoña, yerno del rey Alfonso IV de León, repobló la ciudad después de la reconquista.

Salamanca, tierra mía

Salamanca en la literatura

Numerosas son las fuentes literarias en las que figura Salamanca y es fabuloso recorrer los sitios de la literatura salmantina. Por ejemplo, la estatua al Lazarillo de Tormes, a orillas del río, o puedes visitar el huerto de Calixto y Melibea. Un poco más adelante en el tiempo puedes visitar el café al que acostumbraba a ir Gonzalo Torrente Ballester, el Café Novelty, donde todavía tiene un sitio.

Carmen Martín Gaite pasó su primera infancia en esta ciudad ya que su madre era salmantina. Hoy puede visitarse una escultura en la plaza de los Bandos que rememora a la escritora. Miguel de Unamuno pasó gran parte de su vida en Salamanca siendo tres veces rector de la Universidad, concejal y diputado por esta ciudad, en donde el bilbaíno escribió gran parte de su obra.

Las leyendas populares también son parte de la literaria Salamanca, como aquella que dice que el demonio dio clases a siete estudiantes en una cueva. Los instruía durante siete años para quedarse después de este tiempo con el mejor de sus pupilos. Solo el marqués de Villena logró escapar pero a costa de perder su sombra.

La Universidad

Muchos de estos literatos que hemos mencionado han tenido relación con la Universidad de Salamanca. Como Fray Luis de León, del que todavía se conserva el aula en que dio clases y de la que le expulsaron por traducir al castellano El cantar de los cantares. Inmortal es su famosa frase “Como decíamos ayer…” al volver al aula tras pasar cinco años en la cárcel.

La fachada de la Universidad es una de las grandes obras arquitectónicas del renacimiento español. Esta pared de piedra tallada desarrolla todo un programa iconográfico para exaltar el conocimiento que proporciona la Universidad de Salamanca y la política de la monarquía española desde los reyes Católicos hasta el Emperador Carlos. Lo más popular de la fachada es la figura de una rana, que todos los estudiantes intentan buscar cuando ingresan ya que la tradición dice que quien la encuentre aprobará los exámenes.