Pintxos por Vitoria Gasteiz

No sé por qué, cuando hablamos de pintxos pensamos en Bilbao o San Sebastián y nos olvidamos de la capital de Álava. Cuando la realidad es que esta ciudad siempre ha sido un punto clave en el cruce de caminos a lo largo de la Historia. Tanto de forma militar como comercial, ya desde los tiempos romanos.

Lo que nos da una idea del tiempo y de su cultura gastronómica.

Pintxos por el Casco Viejo

El Casco Viejo o Histórico está declarado Conjunto Monumental desde 1997, por su estética Medieval. Gracias a sus trabajos de rehabilitación y restauración en edificios emblemáticos de la Almendra Medieval, Vitoria recibió tres premios de Europa Nostra, que avalan su calidad de trabajo.

En cuanto a los bares, sus calles empedradas ofrecen una gran oferta de pintxos. Los más destacables por su mimo y dedicación culinaria son:

Toloño”- Cuesta San Francisco, 3

La Malquerida”- Correría, 10

Tabanco”- Correría, 46

Kokodrilo”- Correría, 47

Cabe destacar por sus bocados elaborados al veterano “Erkiaga”, en la calle Herrería, famoso por su pintxo “La vieira del peregrino”. El “Barrón”, en la calle Pintorería, por sus huevos rotos. Y “Hor Dago”, en Fray Zacarías.

Pintxos por el Centro

Es la parte más viva de la ciudad, ya que se trata de una zona comercial y de paseo. Algunos sitios claves de parada y probar sus tapas son:

JG”- Dato, 27

El Rincón de Luis Mari”- Rioja, 14.

El Dólar”- Florida, 26. Donde no os podéis perder los rollos de salmón.

Si lo que quieres es innovación, algunos bares premiados por su creatividad a la hora de realizar pintxos:

Gardoki”- Anuela, 10

Saburdi” y “Usokari”- calle Dato

Sagartoki” y “Parlamento”- calle Prado

La Enoteca”- Ramón y Cajal, 15

Además, está el local “Iñaki Rodaballo”, regentado por el chef con el mismo nombre, en calle Ricardo Buesa 4, quien obtuvo el primer premio de la VI edición del Campeonato de Pintxos de Euskadi con su pintxo Chip´s y ron.

Para terminar, queremos recordarte que el pintxo es igual a la tapa, pero es la denominación conocida en la zona Norte de España, por lo cual se le llama así en Asturias, La Rioja, País Vasco y Navarra. En estas zonas es costumbre cobrar todos los pinchos al mismo precio.

¡Desgusta Vitoria!

¿Qué ver en Cuidad Real? La Ruta de los Caballeros

Es la típica pregunta hacia Ciudad Real, pues no es muy conocida por su arquitectura, museos, etc. Pero en realidad, como casi toda la Mancha, la provincia de Ciudad Real esta compuesta por varias localidades con gran arquitectura, historia y paisajes que merece la pena visitar.

Así que tras investigar, nos decidimos por hacer  La Ruta de los Caballeros de Calatrava. Empezaremos nuestra ruta desde Ciudad Real, pasando por Almagro, Calzada de Calatrava, Argamasilla de Calatrava, Alarcos y finaliza de nuevo en el mismo punto de partida. Hay varias zonas que ver, pero trazaremos un recorrido fácil de unos 100 km.

El nombre Caballeros de Calatrava, es debido a una orden religiosa y militar en tierras manchegas durante la Edad Media. Fundada por  rey Alfonso X el Sabio en 1255. 

¡En marcha!

Salimos y a unos 25 km encontramos Almagro donde instalaron su sede los caballeros de Campo de Calatrava. En 1972 Almagro fue declarada Conjunto Histórico y Artístico. Gracias a su identidad arquitectónica, siendo de gran interés su Teatro de Comedias y su Plaza Mayor.

El siguiente pueblo será Calzada de Calatrava. Donde encontraremos alrededor de la localidad un yacimiento del paleolítico y sus castillos de Salvatierra, de origen musulmán y el de Calatrava la Nueva.

El regreso a la capital

En los alrededores de Argamasilla de Calatrava podemos visitar La casa de la Inquisición y la Sala de los Moros; un yacimiento megalítico. Ya en su núcleo urbano podemos ver el rastro histórico que dejaron tanto los romanos como los visigodos.

Y finalmente visitamos Alarcos. Situado a 8 km de la capital. Parque Arqueológico, pieza clave arqueológica que fue ocupado por el hombre en la Edad de Bronce y desde entonces hasta hoy ha ido acumulando restos arqueológicos e históricos.

Reconociendo la tierra

Esta ruta es fantástica para disfrutarla,independiente o como complemento a una escapada por e resto de la provincia. Si la Historia que encierra esta tierra te parece poco, te proponemos contemplar los rincones que el cineasta manchego Pedro Almodóvar regaló a su tierra: La película “Volver”. Rodada en su mayoría entre Almagro y Calzada de Calatrava.

Sin duda un título muy adecuado. Ya que aparte de sus paisajes, llenos de memoria, disfrutar de su gastronomía y la  hospitalidad ( en estas paradas y en cualquier localidad de esta provincia) te cautivarán.

Estamos seguros que esto te  hará, siempre que puedas, regresar. Pues ya lo dice un refrán manchego:

“Con pan y vino, se traza el camino”.

En la piel de otros hombres

Hay un tipo de turismo que me encanta hacer: aquél que me permite imaginarme lo que ocurrió en unos u otros lugares. Me gusta pasearme por Bailén y por sus alrededores y visualizar una de las más famosas batallas de la Guerra de la Independencia, por ejemplo.

Pero no he empezado, a propósito, por mis sitos favoritos en este sentido, sino con un ejemplo de los muchos que podría poner, para dejar para el desarrollo de este escrito los sitios que, cada vez que visito, me atrapan en un viaje en el tiempo.

Uno de ellos es Toledo, donde me gusta comenzar a caminar desde la Plaza de Zocodover, ejemplo claro de cómo las tres culturas, podían convivir, por mucho que adorasen a Jesús, Yavé o Alá… para luego ponerme en el pellejo de un médico musulmán que sana a un cristiano, de un prestamista judío o de un cristiano perdido en la judería, diseñada con cien vueltas y revueltas en sus calles para que quien entrara sin conocerla sólo saliera de ella si sus vecinos así lo querían…

Lo que podría haber sido en otras vidas

Ya he confesado más de una vez mi debilidad por Córdoba y por su mezquita-catedral.  Y es que en ella llego a entrever a ese pobre cristiano atado a una columna hasta que abjurase y que, con la sola ayuda de sus dedos, talló una cruz en la piedra, o los romanos que hollaban los restos el mosaico que está al descubierto en el subsuelo del templo…

Tampoco es nada nuevo mi amor incondicional por Salamanca, donde me convierto (en mi imaginación, claro) en romano, caminando por su puente, en cartaginés que cuida elefantes o en un bachiller del Siglo de Oro sin más transición que pasar de una calle a  otra.

Ya está todo escrito (y cantado)

Me siento un poco como canta Joaquín Sabina en “La del pirata cojo”: “Al Capone en Chicago, / legionario en Melilla, / pintor en Montparnasse, / mercenario en Damasco, / costalero en Sevilla, / negro en Nueva Orleans, / Viejo verde en Sodoma, / deportado en Siberia, / sultán en un harén (…)”.

Sólo que en mi caso no necesito salir de España para sentirme “cartaginés en Cartagena, / judío en Toledo, / marinero en Cádiz, / peregrino en Santiago, / escritor en Gijón, /comerciante en Barcelona, / francés en Despeñaperros, / musulmán en Granada, / un rey en Madrid, / catador en La Macha (…)” ¿Sigo?