Rutas de la «Ribeira Sacra»: embárcate para convertir el agua en vino

Una de las formas alternativas de conocer la “Ribeira sacra” es realizando alguna de las rutas fluviales que cruzan el Sil y el Miño en catamaranes. La mayoría de estos viajes se realizan durante la primavera y el verano y además de poder disfrutar de los paisajes tan característicos de esta zona se realizan visitas a bodegas para probar sus famosos vinos.

Uno de los viajes más bonitos es el que incluye todos los cañones del Sil partiendo del embarcadero de San Esteban, situado a doce kilómetros de Os Peares. Allí se toma el catamarán que nos conducirá por un recorrido de unos trece kilómetros a través de los cañones superiores del Sil.

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La aldea del Rocío, la magia de la peregrinación

La aldea del Rocío es un pueblito en Almonte, Huelva, de no más de 1.600 habitantes, pero que durante las fiestas del Rocío puede superar el millón de personas. Increíble pero cierto. La virgen del Rocío es motivo de devoción para miles de católicos, pero la romería supera en mucho a lo que es una creencia religiosa.

No todo el mundo que comienza una de las rutas de peregrinaje hacia la aldea lo hace por razones espirituales, si por algo es famoso este camino es por la fiesta que genera. Durante el día se camina, pero cuándo se para a la noche siempre quedan fuerzas para beber, cantar y bailar hasta que casi salga el sol.

Lo cierto es que menos dormir, en el Rocío se hace prácticamente de todo y siempre en grupo y con la animación y alegría que caracteriza al carácter andaluz.

A pie y en carreta

Las formas más tradicionales de emprender el viaje al Rocío es a pié y acompañados por carretas dónde se turnan para viajar las personas del grupo y se lleva la comida, la bebida y el resto de enseres para el camino. Algunas personas llevan caballo y acompañan a las carretas al trote suave, mientras que otros cumplen sus promesas haciendo todo el recorrido a pié.

Hay más de 90 hermandades que realizan la ruta, con numerosos miembros que viajan juntos. A la noche se pueden ver las carretas reunidas en una versión flamenca de lo que se veía de pequeños en las películas del oeste americano.

Hay muchas rutas, en función de dónde se salga para el Rocío, pero las más hermosas son sin duda las que atraviesan Doñana, Parque Natural de gran belleza.

Una tradición de muchos siglos

La primera ermita del Rocío se fundó en la época de Alfonso X El Sabio, aunque la actual es de 1755, construida tras la destrucción de la vieja ermita por el terremoto de Lisboa.

Y aunque hablemos de fiesta y de que son muchos los que hacen el camino por pura diversión no nos confundamos. La devoción está muy presente en las hermandades y en los habitantes de la aldea y para todos los que viven con fervor religioso los diferentes rituales es una experiencia inolvidable.

El primer ritual es la llegada de las hermandades a la aldea el sábado en el que se celebra la fiesta. Durante cinco días hay rosarios y procesiones, así como actos solmenes de las hermandades. Pero el más importante es cuando los mozos del Rocío saltan la verja para sacar a la virgen de la ermita.

No se sabe cuándo sucederá, no se anuncia con antelación y todos viven con expectación el momento, que marcará el comienzo de una procesión durante la cual la imagen visitará a todas las hermandades. Cada una de las cuales tiene una casa en la aldea. Durante esta procesión se viven los momentos más emotivos de todo el Rocío.

Todo acaba con la vuelta a de la virgen al altar y un atronador aplauso de los fieles. Es un ritual que ha sufrido variaciones a lo largo de los años y que en los últimos tiempos se ha tratado de que volviera a su origen tras modificaciones que hacían que, según los fieles, se estuviera perdiendo la esencia de la romería.