Volver

Como cantaba don Carlos Gardel, hoy voy a “volver”, aunque no lo haga con la frente marchita, ni las nieves del tiempo plateando mi sien y, si veinte años no es nada, las pocas semanas que han pasado desde que visitamos Argentina es lo más parecido a que no nos hayamos ido nunca.

Si en la última ocasión visitábamos “mi Buenos Aires querido”, hoy nos vamos a dar una vueltecita por otras ciudades. Concretamente, nos dirigimos en primer lugar al sudeste de la capital, a la localidad de Neochea.

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Junto a la desembocadura del río Quequén, Neochea ofrece cualquier servicio imaginable en una ciudad mediana, sea en el centro viejo o administrativo, sea en el nuevo o villa balnearia, junto al mar. El uno y el otro están unidos a través de la diagonal San Martín.

Sol y playa

Neochea es sol, playa, verano austral. Los arenales del entorno se caracterizan por los amplio y, diseminados entre ellos o concentrados en el centro nuevo se ubican una gran cantidad de balnearios, sobre todo entre las calles 71y 89. El área de mayor actividad comercial es la que se encuentra por las peatonales 83 y 85.

Ésta es también la ciudad de destino favorita de los pescadores deportivos por su río, sus lagunas o sus amplísimas costas. También es posible contratar una expedición de pesca en alta mar.

Una ciudad joven

La historia de la ciudad se remonta hasta el año de su fundación, 1881, año desde el que fue creciendo como centro agropecuario, merced a su puerto cerealero, que además le confiere un estructura única como población.

La escollera Sur, además de ofrecer abrigo al puerto, es conocida por el gran tamaño de sus peces, así como por las estupendas olas que pueden disfrutar los surferos. Se dice que allí se forma la mejor ola izquierda de Argentina.

Una pequeña dinamarca

Como dato curioso, podemos apuntar que Neochea alberga a una de las mayores comunidades de descendientes de daneses con un club y una iglesia al modo de este país en la calle 51 y entre 64 y 65, respectivamente. También allí se ubica un consulado de Dinamarca.

Pero hemos hablado de ciudades, en plural, de modo que te adelantamos que en próximas visitas al país argentino nos iremos a un lugar un tanto más alejado, una ciudad de la costa atlántica a 450 kilómetros de la capital.

Se trata de Miramar, y es la prueba evidente de Argentina es mucho más que carne, pampa y tango. Pero eso será cuando volvamos por aquí.