Con expectativas crecientes gracias a las aplicaciones móviles para reservar habitación vía “last minute”, los hoteles deben tener en cuenta qué implica este tipo de ofertas. La promesa de reducir el número de habitaciones vacías a través de la reserva de última hora no es nada nuevo
En Europa los viajes de último minuto son algo habitual, debido a la proximidad de destinos relativamente baratos. Este hecho ha animado a muchos clientes a despreocuparse un tanto de planificar sus vacaciones por anticipado a cambio de unos precios más bajos.
Mientras que la industria de los packs vacacionales es lo bastante flexible para ofrecer paquetes a diferentes precios, los hoteles individuales poseen una capacidad limitada a unos precios relativamente fijos. Son estas pequeñas empresas las que pueden sufrir alguna consecuencias no deseadas del last minute: las molestias a los clientes habituales, el recorte en las tarifas o el acostumbrar al cliente potencial a esperar al último minuto.
Para muestra, un botón
El ejemplo claro, real, proviene de un hotel de Nueva York que se volcó en potentes ofertas de último minuto. Los clientes habituales no tardaron demasiado en enterarse de las tarifas, de modo que, lógicamente, cancelaban las reservas y re-reservaban o esperaban hasta el último momento para ver cuánto les costaría en el mismo y en otros hoteles de la ciudad.
La aplicación para móviles “HotelTonight” se ha descargado sobre tres millones de veces y es con toda probabilidad la principal responsable en el cambio de la forma de reservar hoteles de muchos viajeros: quienes asisten a conferencias cambian cada noche de hotel, buscando la mejor oferta; los viajeros avezados de negocios esperan a reservar su hotel hasta que llegan a su destino…
El móvil, vehículo del cambio
Con todo, la potencial captura de clientes pesa más en los empresarios que la posibilidad de acostumbrar a quienes pernoctan en sus locales a buscar sólo las ofertas de última hora. El responsable de “HotelTonight”, Jared Simon explica, en una declaraciones publicadas por tnooz.com que no hay duda de que el móvil se está convirtiendo en la manera principal de reservar alojamiento.
Como decimos, estas ofertas son más efectivas para las grandes cadenas, mucho más flexibles en cuanto a ofertas y precios. No así para los hoteles más modestos, que han de hacer un esfuerzo de cálculo (y de secretismo, incluso) para que los gastos fijos por habitación –personal, útiles, etcétera, no rebasen los ingresos que esta misma les deja.