¿Cómo que qué estamos haciendo en Armenia? Pues descubrirla, ¿no es evidente? Tradicional y culturalmente, Armenia se sitúa en Europa, al igual que políticamente. Pero la geografía nos dicta que se halla enclavada en el Cáucaso, a caballo entre Europa y Asia.
País independiente desde 1991, limita al Norte con Georgia, al Este con Azerbaiyán, al Suroeste con la República autónoma de Najicheván, al sur con Irán y al oeste con Turquía. Sí: has contado bien: seis fronteras.
La geografía de la actual Armenia es la de un país sin salida al mar situado en Asia Menor que cuenta con una superficie de 29.800 kilómetros cuadrados (poco más que la provincia de Badajoz) y un clima muy cambiante, según la altitud de un terreno montañoso, y de muy pocos bosques.
Turismo en la Naturaleza
Y ese punto inhóspito del país armenio es el que buscamos: se trata de un entorno ideal para deportes como el senderismo, aunque no es conveniente ir solo, habida cuenta de lo agreste del paisaje, por otra parte, de una belleza sobrecogedora.
Si nos atrevemos, deberíamos escalar el Monte Ararat. Claro que te suena: es allí donde dice la tradición que se depositó el Arca de Noé tras el bíblico Diluvio Universal. Se trata de la máxima elevación del país y de un símbolo patrio.
Pescar, nadar y extasiarse
Una tercera atracción natural de Armenia es el lago Sevan: a pesar de haber sufrido, y de qué manera, la siempre torpe intromisión humana, sigue siendo un entorno fabuloso para relajarse en sus playas, pescar o contemplar alguno de los monasterios que lo circundan. Un ejemplo de estos edificios es el de Sevanavank, del siglo IX.
Si decidimos que la naturaleza no es lo nuestro y nos acercamos a la capital de país, Evarán, nos encontraremos con una vida cultural que no nos esperábamos: un paseo por sus calles o sus museos o un cafecito en una terraza –en verano, eso sí- son experiencias muy agradables.
Arquitectura histórica
Aunque la sorpresa que oculta la capital armenia se halla a sus afueras, donde se pueden ver varios templos romanos en perfecto estado de conservación. El más destacable es, quizá, el de Garni.
Finalmente, no podemos irnos del país sin haber visto Echmiadzin. Se trata de una ciudad sagrada donde se puede contemplar la catedral más antigua del mundo, del siglo VI y la basílica de Gayane, del siglo VII.
Esto es lo que pasa por preguntarnos qué hacemos en Armenia: que quien pregunta recibe su respuesta… y acaba por desear apuntarse.