Hace años, me convencieron para ir a un sitio jurásico donde el mar se secó. Un lugar de piedras karkásicas, donde se formaron pasillos de caliza erosionada. Tallando de forma caprichosa un paisaje donde hoy parece un desierto. Esqueletos de lo que ayer era un fondo marino. Un “gran Cañón del Colorado” flamenco. Llevo a su vez de vida.
El torcal se situó en la provincia de Málaga, en el municipio de Antequera. Nombrado Parque Natural, siendo el primer territorio andaluz en conseguir el estatus de protección al ser nombrado en 1929 Sitio Nacional de Interés Nacional.
¿Cómo se formó?
Para empezar, entendemos que las piedras calizas se formaron por la acumulación de esqueletos marinos y/o caparazones. Ya que, como hemos dicho antes, esta zona era formada por un pasillo marítimo que unía desde el golfo de Cádiz hasta Alicante. Uniendo así el océano Atlántico con el mar Mediterráneo.
Esto ocurrió en el periodo Jurásico (aproximadamente hace 200 millones de años), durando en esta situación hasta le Era Terciaria (hace 25 millones de años).
La acumulación de estos sedimentos, junto con los movimientos de placas tectónicas hizo que estos salieran a la superficie y formaran cuerpos solidificados a la superficie. Una vez fuera el surco del agua, viento, nieve y de más agentes meteorológicos fueron haciendo la acción de erosionar las superficies de estas piedras. Hasta llegar a la forma que adoptaron hasta hoy.
Piedras tornillos
Y es que el nombre de El Torcal, se le adjudico a la forma que adoptaban estas piedras, que eran las torcas o dolinas. Son depresiones circulares que van creando diferentes capas en la piedra, unas encima de otras, como si fueran torres de platos, en la base los más grandes hasta llegar a los pequeños.
Otras formas son El tornillo, El champiñón, El Camello, El robot… Como también la formación de cuevas como la destacada como Cueva del Toro. Uno de los yacimientos Neolíticos más importante de la provincia malagueña.
La vida entre las piedras
Aparte del valor geológico, El torcal también tiene un interés de los seres vivos que allí podemos encontrar. Tanto botánicos como zoológicos. Que representa muy bien la vida en la Península Ibérica.
Se han catalogado unas 664 especies de plantas, 77 clases de musgos, 12 especies de líquenes y 10 de helechos.
En cuanto a la fauna se han catalogado 128 especies de vertebrados: Anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Que conviven en este entorno. Los que más destacan son los zorros, comadrejas y conejos. Además, el Torcal tiene el título de Zona Especial para Protección de las Aves.
Un mundo de cuencas marinas en el que poder hacer senderismo entre sus surcos o poder escalar entre las diferentes plataformas de sus torres calizas.