La fiesta de la Arribada en Baiona

En la provincia de Pontevedra existen muchos rincones mágicos para descubrir, pero uno de los más especiales y al que me gusta volver cada cierto tiempo es Baiona, la ciudad que mira a América.

Cuándo digo que es una ciudad que mira a América me refiero a que a sus costas fue a dónde  llegó en el 1493 Alonso Pinzón, de vuelta del viaje que lo llevó al descubrimiento del nuevo continente bajo las órdenes de Colón. Se convirtió pues en la primera ciudad de Europa que tuvo noticias de los hechos sucedidos en ese viaje y de lo que habían encontrado al otro lado del mar.

La fiesta de la Arribada en Baiona

Y esto es algo muy presente en la ciudad dónde se puede encontrar en su puerto una réplica de La Pinta, fiel reproducción del barco original y que es posible visitar y comprobar en qué condiciones se viajaba en aquellas épocas.

Pero la mejor forma de celebrar que Baiona fue el primer lugar en conocer la existencia de las nuevas tierras es participando en “La Arribada”, una fiesta que se celebra el primer fin de semana de marzo y que hace que se junten en este municipio más de 30.000 personas cada año.

El centro de Baiona y el placer de recorrer sus callejuelas

El centro de Baiona es típicamente medieval, así que la mejor forma de celebrar la Arribada es la manera en la que se hace, con una fiesta medieval en dónde sus estrechas calles empedradas se llenan de puestos dónde se venden todo tipo de productos artesanos y de comida.

Es impensable irse sin comer en algún puesto algo de carne a la brasa o de chorizo, acompañado por un buen trozo de pan del país. No habrás probado nada tan sencillo y tan rico. Por supuesto no puede faltar alguno de los deliciosos vinos gallegos para acompañar la comida.

Los dulces a base de miel y almendras, tan típicos de las ferias medievales, compiten aquí con las rosquillas y las bollas de azúcar y manteca que no pueden faltar en ninguna fiesta que se precie en Galicia.

Espectáculos con las Islas Cíes de fondo.

Cada año varían los espectáculos que se presentan en la Arribada, pero no suelen faltar los torneos medievales entre caballeros y las demostraciones de cetrería. Y si te apetece descansar un poco, que mejor que sentarte en una terraza a tomar un refresco mientras ves a lo lejos las Islas Cíes y  a la izquierda el Castillo de Monterreal, convertido actualmente en Parador de Turismo.

Lo mejor es alojarse en alguno de los hoteles que hay en la zona para poder disfrutar de la fiesta hasta altas horas de la noche, pero eso si, reserva con bastante antelación porque son muchos los que se acercan llamados por esta fiesta.