La Laguna Negra, paraíso entre montañas

Este paraje singular de Soria es uno de los más bellos de la provincia. Está enclavado en el Parque natural de la Sierra de Urbión, en la localidad de Vinuesa.

Su acceso está perfectamente señalizado entre los municipios de Cidones y Vinuesa, llegando a ella a través del precioso valle del Revinuesa, repleto de pinos silvestres altos y fuertes.

Forma parte de un conjunto de tres lagos glaciares que pueden divisarse desde las alturas de los acantilados. Las otras dos lagunas, llamadas la Helada y la Larga, se encuentran a mayor altitud, son más pequeñas y de diferentes colores: una roja y otra verdosa.

Aguas oscuras y misteriosas

El nombre de Laguna Negra hace referencia al color oscuro de sus aguas. Enigmática, bella y envuelta en leyendas, las profundidades de la Laguna Negra nos llama desde unos 2.000 metros de altitud, rodeada de paredes de granito y vigilantes pinares.

Precisamente son la sombra de estas paredes inmensas que la rodean y la gran profundidad de la laguna lo que dan a sus aguas ese tinte de oscuridad que la hace tan fascinante.

En verano subida sin coche

En la temporada de verano o en los festivos la afluencia es enorme y no está permitido el acceso con coche particular hasta la cumbre.

En esos días deberemos dejar el coche en el parking habilitado junto al río y decidirnos por una de las dos opciones que hay para la ascensión: un paseo de unos dos kilómetros o coger el autobús.

Hacia la cima

Si nos decidimos por la ascensión a pie deberemos considerar las fuerzas de nuestros acompañantes, ya que aunque son sólo dos kilómetros, son en subida y hay trechos con una gran pendiente.

Sin embargo, con paciencia, buen humor y botellas de agua, que podemos llenar en alguna de las fuentes que nos encontramos por el camino, el recorrido a pie merece la pena.

Disfrutando del paseo

Durante la ascensión disfrutaremos de paisajes llenos de helechos, riachuelos, desniveles cortados a pico, grandes robles y pinos centenarios. Matorrales como el espliego y bellas flores inundan los arcenes del camino con su fragancia y colorido.

Al llegar a la cima una escaleras talladas en la roca nos llevarán hasta la entrada a la Laguna Negra. Encontrarse ante esa quieta laguna con su misterioso aspecto y los imponentes acantilados como fondo reflejado en ella es un espectáculo impresionante.

Paseo por la orilla

Para facilitar el tránsito de los visitantes se han instalado unas pasarelas de madera por las que podemos ir bordeando la laguna bajo las ramas de álamos temblones, abedules o pinos albares que llegan hasta la misma orilla del agua.

En sus aguas heladas podemos refrescar los pies desde alguna de las rocas que jalonan sus orillas y escudriñar sus profundidades en busca del rastro de alguno de los barbos y truchas que abundan en sus aguas.

Travesía a Nado

La tranquilidad que se percibe en la superficie del agua se rompe el primer domingo de agosto con la celebración de la tradicional Travesía a Nado que viene celebrándose desde hace más de cuarenta años con una gran participación de valientes nadadores que se atreven a surcar sus frías aguas.

También podemos admirar el paisaje desde alguno de los miradores dispuestos a lo largo de la pasarela y que se adentran unos metros sobre las aguas. Si recorremos con la mirada los cielos y nos fijamos en las oquedades de los acantilados podremos ver águilas y buitres leonados que utilizan este recóndito lugar como espacio de anidación.

Lobos y leyendas

Además de estas aves, en el entorno hay gran variedad de fauna, encontrándose multitud de reptiles y roedores. Adentrándonos en los bosques que rodean la zona también podremos encontrar desde corzos y jabalíes hasta ciervos, zorros y algún lobo.

La mítica presencia de este mamífero ayuda a preservar el aire misterioso del paisaje, siendo considerado un «abrevadero de lobos». A la siempre inquietante presencia de lobos se suman las leyendas que sobre la zona se han transmitido de generación en generación. Aquí os transcribimos la de La Tierra de Alvargonzález.

Leyenda de Alvargonzález

Cuenta la leyenda que un mozo llamado Alvargonzález heredó de sus padres estas ricas tierras.

Teniendo casa, ganado y huerta, tomó por esposa una linda moza de tierras del Burgo, vivieron felices y tuvieron tres hijos. Los dos mayores se casaron y el buen padre tuvo nueras que sólo pensaban en la herencia que les cabría tras la muerte de Alvargonzález.

Sueños y premoniciones

Una mañana salió solo el buen padre y decidió descansar bajo un olmo, se fue quedando dormido y soñó que sus hijos vendrían a matarlo y al abrir los ojos vio que era cierto lo que soñaba.

Con un hachazo en el cuello y cuatro puñaladas en el pecho le dieron muerte, le arrastraron hasta la Laguna Negra, que no tiene fondo, y allí lo arrojaron con una piedra atada a los pies. Nadie osó acusar a los hijos del crimen.