Santillana del Mar, la villa de las tres mentiras

A esta preciosa ciudad de Cantabria se la conoce popularmente como la villa de las tres mentiras porque como se suele decir: ni es santa, ni es llana ni tiene mar.  Eso si, el municipio en si no solo tiene mar, sino que tiene una de las playas más bonitas de la costa de Cantabria, la de Santa Justa, con permiso de la preciosa playa del Sardinero, de Santander.

Mucha gente visita Santillana del Mar de paso que viaja a las cuevas de Altamira. Aunque actualmente lo que se puede visitar es el museo de Altamira, una preciosa réplica de la cueva original, que a penas puede ser visitada para evitar dañar un legado de tanta importancia histórica.

Pero la villa en sí misma es muy merecedora de una visita, ya que en sigue conservando el aspecto de una pequeña villa medieval. Su centro es totalmente peatonal y perderse por esas calles adoquinadas dónde no hay coches ni el bullicio normal de otras ciudades y rodeados de edificios históricos de aires medievales, te transporta a otra época.

Edificios históricos

La colegiata de Santa Juliana es uno de los edificios más importantes de Santillana del Mar. Fue construida en el siglo XII sobre un santuario que a su vez se erigió supuestamente sobre la tumba de Santa Juliana.

El actual Hotel Altamira, que fue el palacio de los Valdivieso y fue construido en el 1710. Además de este palacio, uno de los más bonitos, podemos muchos otros palacios y casonas. No debemos de olvidar que la villa en su totalidad es considerada Conjunto Histórico Artístico. También destacala Torrede Don Borja, de origen medieval aunque ha sufrido numerosas reconstrucciones.

En Santillana también podemos encontrar numerosos museos, uno de los más visitados, sin contar el de Altamira, es el Museo El Solar, dónde se exponen diferentes instrumentos de tortura de los que utilizaba la tristemente famosa inquisición española.

En las afueras de la villa hay también un zoológico y jardín botánico dónde además de animales de todo tipo tienen el llamado Parque Cuaternario, dónde se pueden ver réplicas de los animales que recorrían la zona en los tiempos en que se pintaron las cuevas de Altamira.

Gastronomía

En Cantabria, como en todo el norte de España, comer bien es lo más sencillo del mundo. Si te alejas un poco del circuito turístico podrás disfrutar de maricos y pescados de gran calidad a precios razonables o si prefieres la carne, la vaca tudanca es muy típica de la zona. También es fácil encontrar carne de buey de gran calidad. Para el postre, lo más típico de la zona son sus variedades de hojaldre.