Cinco días en El Bierzo

Ya sé que ya se han versado en esta página las virtudes de El Bierzo como destino turístico de interior, como espacio cultural y como lugar ideal para realizar actividades naturales y deporte aventura. Sin embargo, hay dos razones para reiterarnos: una, El Bierzo es algo más que el Camino de Santiago y Las Médulas, sus elementos turísticos estrella; y dos, nunca se puede hablar demasiado de El Bierzo.

Así que vamos a plantear cómo podemos pasar un fin de semana largo, o una semana corta, como se quiera ver, en El Bierzo. Evidentemente, nos vamos a quedar cortos, por razones de espacio y porque es una comarca que puede explorarse a pie de forma que parece no acabarse nunca, ofreciendo siempre nuevos lugares donde perderse y encontrarse. Basten unas pocas ideas sobre qué no perderse…

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Pallozas en Balboa

Digo yo que habrá que empezar por Ponferrada, capital de la comarca y centro natural para nuestras expediciones, aunque haya que reconocer que no es la ciudad más bonita de España, que digamos. Si bien su morfología actual procede de mediados del siglo XX, alberga varias visitas imprescindibles, especialmente su castillo, construido por los templarios en el siglo XII, uno de los más espectaculares del noroeste español.

¿Sólo cinco días?

El segundo día podemos adentrarnos en el valle del río Oza, la llamada Tebaida Berciana por el gran número de eremitas asentados allí en la Alta Edad Media. Existen numerosas rutas de senderismo para adentrarnos en la zona. Lo más destacado son el pueblo de Peñalba, enclavado en pleno Valle del Silencio y que alberga una maravillosa y rara iglesia mozárabe; y el monasterio de San Pedro de Montes, ruinoso y romántico. Eso sí, cuidado con las carreteras.

El siguiente día podemos pasarlo sobre las huellas de los peregrinos, visitando Molinaseca (excelente lugar para probar las especialidades gastronómicas de la zona) y subiendo (y luego bajando) hasta la herrería de Compludo, para ver un ejemplo vivo de tecnología preindustrial en un hermoso valle. Si sobra tiempo, podemos acercarnos hasta El Acebo, Foncebadón y la Cruz de Ferro, hitos del Camino en la frontera con Castilla.

Villafranca, Cacabelos y Ancares requerirá por lo menos dos días. Son villas llenas de historia, calles con encanto y arquitectura aristocrática tanto civil como religiosa y militar integradas en valles vinícolas de primer orden. En los Ancares, uno de los espacios naturales mejor conservados de toda España, encontraremos tanto ejemplos de arquitectura tradicional (las famosas pallozas) como excelentes rutas de montaña a realizar a pie, en bicicleta o a caballo.