El otro día hablábamos, sobre todo, de dos de los edificios más significativos de Zaragoza: el Pilar y la Seo. Hoy vamos a ver un poco el pasado romano y musulmán que tiene la ciudad y que ha dejado una huella profunda en su carácter y en su historia.
Antes de la llegada de los romanos a la península, los territorios que conforman la ciudad ya estaban habitados desde el siglo VII a. C. por pueblos de la Edad del Bronce, también los íberos fundaron su ciudad sobre estas tierras y la llamaron Salduie.
A lo largo de la historia han poblado la ciudad visigodos, musulmanes, cristianos, judíos y han dejado importantes vestigios en las calles y edificios de esta urbe tan transitada. El Renacimiento y Barroco (o sea, la Edad Moderna) ha dejado multitud de ejemplos de palacios señoriales que hoy son sede de los más importantes museos.
Ruta romana
Caesar Augusta es el nombre de la ciudad romana y fue fundada por el primer emperador romano (Octavio Augusto) quien mando erigir la ciudad para que se instalara en ella a los retirados de la legión romana. De esta época se puede ver en la ciudad varias cosas; por un lado, se conservan varios paños de murallas, pero también se puede visitar las termas, el puerto fluvial y el foro.
Si hay algo que puede llamar la atención al paseante, es encontrarse callejeando por el centro de la ciudad con el teatro romano. Es uno de los más grandes de España, pues tenía capacidad para seis mil personas. Todos estos espacios están musealizados y ofrecen una aventura didáctica muy divertida para los visitantes.
Lo mudéjar y lo musulmán
Una de las culturas que más peso ha dejado en la historia de Zaragoza es la musulmana y sobre todo los mudéjares. Se llama así a los musulmanes que vivían en territorios cristianos durante la Edad Media y Moderna. En Aragón han sobresalido por su buen hacer en arquitectura y en otras manifestaciones, tanto que el Arte Mudéjar aragonés está considerado Patrimonio de la Humanidad.
Hay multitud de iglesias en estilo mudéjar en Zaragoza (la Magdalena, San Pablo, la Seo, etc.), y no podemos olvidar hablar de la fortaleza mudéjar de la Aljafería, que hoy es la sede del Gobierno de Aragón, pero que a lo largo de los siglos ha pasado por distintas manos siendo palacio de los reyes musulmanes como de los Reyes Católicos, e incluso uno de sus torreones es el escenario de la ópera de Verdi, El trovador.