Destino: las Islas Cíes

Solo 50 minutos hacen falta para llegar desde Vigo a una de las mejores playas del mundo, las conocidas como Islas Cíes. Un archipiélago formado por sus tres islas: Isla Monteagudo (Norte), Isla del Faro (Medio) y la Isla San Martiño (Sur).

Hace años el periódico británico de “The Guardian” propuso una lista con las mejores playas del mundo, en la que incluyo a la isla de Rodas de Cies. Algo que a nadie puede extrañar teniendo en cuenta sus increíbles paisajes, rutas y, como no, sus playas.

Estas islas fueron declaradas “Parque Natural” en 1980. Consiguiendo el título de “Parque Nacional de las Islas Atlánticas” posteriormente, en 2002.

Cómo Llegar

Localizadas en plena entrada de la ría de Vigo, la única forma de llegar a dichas islas es por mar mediante transporte marítimo. Podrás conseguir un billete en el puerto de Vigo, por un precio que suele rondar alrededor de los 16€ a los 18,50€, según la época del año en las que las quieras visitar.

El parque, al tratarse de un paraje natural, tiene un acceso restringido de 2200 personas diarias. Por lo que es muy recomendable reservar con antelación.

Dónde alojarse

Existe la posibilidad de quedarse hasta un máximo de 15 días en este paraíso natural. Aunque  debes saber que la única forma de alojamiento es el acampar.

Para ello hay una zona habilitada cuyo nombre es “Camping Illas Cíes”. El cual tiene una capacidad arreglada para unas 800 plazas diarias, con una reserva anticipada siempre.

El precio varía según la tienda y las plazas que ocupen:

–        Acampada con tienda propia: 8,50€ hueco de tienda,  7,95€ adultos y niños 5,95€ (3-12 años).

Si no se tiene tienda se puede alquilar en el propio camping mínimo para 2 noches. Las plazas serán de 2 o 4 personas. E Incluye somier, colchón y sabanas bajeras. (Siendo doble para las de 4 personas)

–        Alquiler tienda para dos personas: entre 30-38€

–        Alquiler tienda para cuatro personas: entre 38-54€

Qué ver

Está claro que todo lo que hay que ver en este paraje es naturaleza. Puedes dedicarte a relajarte en sus playas o aventurarte a inspeccionar la zona con sus rutas para practicar senderismo.

Ruta del Faro: Un clásico para los visitantes de las islas. En ella puedes adentrarte en el bosque que contiene la isla y a medida que avanzas hasta su faro poder contemplar sus vistas, no solo de las islas, sino contemplar la inmensidad del océano.

Ruta del Faro da Porta: Bordeando el mar.

Ruta do Monteagudo: La ruta más larga por toda la Isla Norte.

Vive una experiencia única en uno de los paraísos más expendido del territorio español.

Camino francés: Reliegos-León

Salgo de Reliegos, voy por el mismo camino que me llevó ayer hasta aquí, sigo todo recto y sin parar, pues el primer trayecto siempre vas con más ilusión y con más energía.

Al poco ya puedo ver Mansilla en el horizonte, unos 4 o 5 kms más me separan, pero en el plazo de media hora aproximadamente me lleva hacer este trayecto. Un kilómetro antes de llegar a dicha localidad, salvamos la nacional N-601 por un viaducto y poco después el Canal del Porma.

Llego a Mansillas de las Mulas,  lo que sigue de etapa de hoy es una etapa muy anodina(sin cambios aparentes).

Bueno salgo de mansillas cruzando el rio Elsa por el puente de piedra y, tomando un camino peatonal paralelo a la nacional, la cual me queda a mano derecha.

Paso por Villamoros  de Mansilla, entro en el Puente de Villarente por un curioso puente encorvado que cruza el rio Porma y debo decir que hay que tener un total cuidado puesto que el lugar que tenemos los vianantes es realmente muy estrecho y por lo tanto, debemos tener especial cuidado.

Saliendo de Puente de Villarente tomo un camino a la derecha de la N-601, y que para mi fortuna me separa de ésta y de su tráfico… sigo caminando, parando de vez en cuando para tomar algo de líquido pues la calor en esta época es bastante asfixiante.

Después de mucho caminar llego a Arcahueja… sigo caminando por el mismo camino de tierra y la nacional ahora la tengo a mi izquierda.

A la media hora salimos a la carretera de Corbillos, que seguimos a la izquierda. Salimos a la nacional, convertida en autovía, y la cruzamos por la pasarela instalada en el año 2010. Por la izquierda de l’autovía llegamos al Alto del Portillo (890 m), desde donde ya vemos la ciudad de León. Algo más adelante tomamos una pista a mano izquierda.
Después de caminar unos 4 kms cruzo por una pasarela la autovía de circunvalación.
Cruzo el rio Toria por un puente que hay para ello que se llama Puente del Castro por la avenida de Madrid. luego tomo la calle avenida dirección Alcalde Miguel Castañón hasta la Plaza Santa Ana. Seguimos hasta la calle Barahona, luego giro hacia derecha por la calle escurial, donde está el convento de las monjas Carvajalas y continuo caminando hasta la plaza mayor.
La magnifica Catedral la encuentro caminando un poco más, siguiendo la calle de Domínguez Berrueta… ya estoy aquí en la Catedral de León… como he llegado pronto la visito un poco y después voy a buscar el albergue que pronto lo encuentro pues estaba aquí cerca. 

 León

León es una de las regiones más históricas de Castilla León. Es un muy gran provincia, limita con Galicia y Asturias , así como por Palencia y Zamora. Muy pocos restos celtas se han encontrado aquí, pero hay evidencias de ocupación romana. Otros pueblos se han asentado aquí, incluyendo los moros, pero era de los Caballeros Templarios que construyó castillos y fortificaciones aquí en la Edad Media. Gran parte de la región ha escapado del boom turístico y sigue siendo boscosa y montañosa, por lo que es un lugar ideal para la pesca de la trucha que atrae a tantas personas cada año.

León tiene un vínculo muy importante en tren con Madrid y otras ciudades importantes y está unida por varias de las principales rutas por carretera. El casco antiguo de León está situado detrás del río, parcialmente cerrado en un extremo por los restos de las murallas medievales.

Aquí encontrarás lugares tranquilos para descansar y un área de mercado bulliciosa y amplios edificios históricos para ver.

Una de las glorias de León es sin duda, la Catedral, uno de los mejores de Europa y de haber sido construidas a partir del siglo XIII por un período de 200 años para su finalización. Entre sus características inusuales son sus torres y campanarios, donde se hizo ningún intento de hacer que coincidan. Cuenta con más de 250 notables vidrieras como una gran ventana rosa.

En total hay más de 1.800 metros cuadrados de vidrio. El museo de la catedral también es digno de una visita con su amplia gama de exposiciones.

La Colegiata de San Isidoro alberga una impresionante colección de manuscritos antiguos. Una construcción de estilo románico temprano.

El Convento de San Marcos es la antigua residencia de los Caballeros de Santiago. Aunque los orígenes se remontan al siglo XII, la fachada data del siglo XVI. Hoy en día es un hotel de lujo, cuyo interior tiene la apariencia de un museo. El edificio también ha servido como un hospital y una prisión.

El antiguo Ayuntamiento fue construido a finales del siglo XVII y  comanda la Plaza Mayor.
El Palacio de los Guzmanes es un magnífico edificio del siglo 16 con un impresionante patio. Una vez fue el hogar de la familia Guzmán, una de las familias más ricas de n. El edificio tiene cuatro torres.

La Casa de Botines es una pieza impresionante de Gaudí con grandes torres en cada esquina.

Las Murallas de la ciudad son de construcción romana y medieval y son muy impresionantes. La Torre de San Isidro es de particular interés.

Fiestas

Las Cabezadas: El último domingo de abril en el claustro de San Isidoro, los concejales y autoridades de la iglesia inclinarse ceremoniosamente el uno al otro como una celebración de la distribución del poder entre las autoridades civiles y eclesiásticas.
San Juan y San Pedro: 21 al 30 junio. Este es el mayor festival en León
San Froilan y Las cantaderas: 5 de octubre, festividades alrededor de la Catedral.
Esta tarde voy a seguir mirando León, todavía tengo mucho que ver…

El regreso al destino

Todos conocemos a alguien, o puede que incluso sea tu caso, que año tras año regresa al mismo lugar por vacaciones. El mío lo fue durante tres o cuatro años. Cada mes de agosto, la familia se subía al Peugeot 505 y, con mi padre al volante, nos dirigíamos a un minúsculo pueblo pesquero: Combarro.

Aunque soy joven, estos recuerdos datan de hace unos treinta años, de modo que los ojos del niño que era entones distorsionaban la realidad y el tiempo distorsiona el recuerdo. Pero no quiero ofrecer los datos exactos que sin duda Internet puede arrojar: se trata de un artículo de recuerdos, de añoranza de un tiempo feliz a pesar de que el actual no me es adverso. De regreso a cuando no sabía que algún día iba a escribir sobre Combarro.

El regreso al destino
Combarro

El día uno de Agosto tocaba levantarse prontito y llenar el coche de maletas, neveras de camping, comida, balón de playa, sombrilla y, en el espacio que sobraba, nos encajábamos mi madre, en el asiento del copiloto para no marearse, mi hermana y yo mismo.

Cerca de todos lados

Tras hora y pico por las infernales carreteras gallegas de la época, llegábamos al pueblecito, a pocos kilómetros de cualquier sitio pero a una distancia insalvable de cualquier lugar para las cortas y regordetas piernas de un niño.

La casa que ocupábamos daba a la plaza del pueblo, que a su vez estaba justo junto al mar, de modo que en las fiestas, supongo que de mediados de mes, veíamos el disputado y no siempre limpio partido entre solteros y casados.

A partir de aquí, recuerdos. Inconexos pero felices. Como el cruceiro de la plaza, los hórreos, las calles estrechas… y el mar. Un agua salada de la que más de una vez me tragué una buena bocanada por calcular mal mi resistencia a respirar.

Un mar que se empapa de Combarro

Un mar cuyas aguas me irritaban allí donde el bañador, de fibra sintética me rozaba la parte del cuerpo que se movía contra él. Un mar donde aprendía a pescar y a hacer amigos inolvidables que seguramente me hayan olvidado ya.

Un mar del que extraje gobios, anguilas y amigos (como Óscar, un niño inquieto que conquistaba a los mayores y divertía a los pequeños) a partes desiguales. Un mar que sólo era acogedor y amistoso porque bañaba unas costas y unas gentes que le enseñaron lo que significa ser acogedor y amistoso. Un mar que bañaba y se empapaba de Combarro.

Lugo es mucho más que sus murallas

Cuándo hablamos de Lugo lo primero que a todos nos viene a la cabeza es su famosa muralla romana, la única en todo el mundo que aun tiene todo su perímetro y que es posible recorrer a pie diecisiete siglos después de su construcción. Si realizamos este paseo podremos observar la ciudad desde la altura y tener una impresión general de la que es al capital de provincia más antigua de Galicia.

Pero además de su muralla Lugo conserva muchos edificios de gran belleza arquitectónica, a pesar de que, como tantas ciudades, ha sufrido auténticos atentados contra su patrimonio artístico, algunos dolorosamente recientes como fue la destrucción de los restos de la vía romana, hace unos veinte años.

¿Qué visitar?

Perderse por el casco histórico de Lugo es toda una experiencia. Visitar la plaza del ayuntamiento, dónde aún quedan algunas de las pequeñas casas que constituyeron originalmente la plaza y en dónde se puede ver el edificio consistorial, con una fachada muy representativa del barroco gallego. La torre del Reloj se añadió en el 1873.

Muy cerca tenemos la plaza de Santa María, dónde se encuentra la catedral de Lugo, que se terminó de construir en el siglo XIII y que combina una planta románica con otros elementos típicos ya del barroco. En esta catedral tenemos cinco capillas, entre ellas la dedicada a San Froilán, el patrón de la ciudad.

Frente a la catedral, en la misma plaza,se encuentra el Palacio Episcopal, del siglo XVIII que aprovechó para su construcción partes de un antiguo palacio gótico que había sido destruido por un incendio.

Otros puntos de interés son las termas romanas, situadas fuera de las murallas, a menos de un kilómetro y que conservan baños romanos del siglo II.

Y si te cansas de caminar, para a coger fuerzas

En el centro de Lugo hay varias zonas para ir de vinos y tapas, las más famosas son la Rúa Nova (Calle Nueva) y la Praza do Campo (Plaza del Campo) dónde se puede tomar el famoso “pulpo á feira” pero también un sinfín de tapas y pinchos que tienen como base cualquier parte que te imagines del cerdo: morro y oreja son dos de las tapas más características.

El cinco de octubre se celebra San Froilán y es el día grande de unas fiestas patronales con fama en toda Galicia y que atraen a multitud de personas dispuestas a despedir a lo grande la temporada de verbenas hasta el siguiente verano.

Pontevedra, una ciudad a la medida de sus habitantes

Pontevedra tiene muchas características que la convierten en una ciudad ideal para vivir. Como capital de provincia tienes a tu disposición todos los servicios que puedes necesitar. Su centro urbano dispone de mucho comercio y al ser una ciudad pequeña no necesitas llevar el coche hasta el centro para desplazarte e ir de compras.

Y si te gusta la vida social, sus plazas están llenas de cafeterías que sacan a la calle sus terrazas cuando llega el buen tiempo y que siempre están a rebosar de gente. Por la noche puedes disfrutar de pubs y cervecerías en pleno casco histórico, disfrutando de un ambiente estupendo en un envidiable entorno.

Además su situación es envidiable ya que te encuentras a veinte minutos de Vigo y a una hora escasa de Santiago, por lo que puede ser una buena base para conocer diferentes puntos de Galicia. En verano estarás a un paso de playas tan maravillosas como la de La Lanzada en O Grove o las de Silgar o Areas en Sanxenxo.

Lugares destacados en Pontevedra

La leyenda cuenta que fue fundada por Teucro, uno de los héroes de Troya. Aunque es dudoso que esto sea cierto, la verdad es que hay pruebas de que ya existían asentamientos anteriores a los romanos en esta zona, situada en la desembocadura del río Lerez.

Su edificio más antiguo es el conocido como “Casa das campás” (casa de las campanas), una casa de estilo gótico que se cree que fue de Benito Soto, un cruel pirata del siglo XV.

La patrona de la ciudad es la Virgen Peregrina y su iglesia, del siglo XVIII se encuentra en la plaza del mismo nombre. Es una de las plazas más concurridas de la ciudad y la iglesia es muy visitada por peregrinos ya que su virgen es también patrona del camino portugués.

También merecen una visita la Real Basílica Menor de Santa María la Mayor, del siglo XVI y con una impresionante fachada plateresca. Lo cierto es que pasear por el casco histórico de la ciudad es un placer y te puedes encontrar pequeñas sorpresas y muchos edificios llenos de historia. Como es una ciudad totalmente llana es muy agradable para pasear.

Gastronomía

Todos conocemos los productos más típicos de la gastronomía gallega: marisco, empanadas, pimientos de padrón…todo eso lo puedes encontrar en Pontevedra a buen precio y sin dificultad. No dejes de probar el Albariño, vino blanco de la zona de Cambados con fama de ser el blanco gallego de más calidad.

En invierno puedes disfrutar del típico lacón con grelos, una comida tras la cual necesitarás algún que otro chupito de orujo para digerirla como es debido. En verano hay multitud de fiestas gastronómicas por todos los pueblos de los alrededores con los más diversos motivos: cabrito al espeto, la fiesta de la trucha, fiesta de la lamprea o la del requesón y la miel.

O Cebreiro

Parece que el tiempo se ha detenido entre las piedras de un hermoso y antiguo pueblo situado en el municipio de Piedrafita del Cebrero en la provincia de Lugo en Galicia, su nombre O Cebreiro.

Este es el primer pueblo que se encuentra en “El Camino de Santiago” (camino Francés), en este encantador pueblo, ubicado a 1300 metros de altitud, encontramos vestigios de épocas muy antiguas como las “Pellozas”, son construcciones (en perfecto estado en la actualidad, no habitables) de la época prerrománica, posiblemente celta.

Tienen gran similitud con habitáculos o viviendas de la “Edad de Hierro” encontradas en Inglaterra, están formadas por una planta circular de unos 20 metros de diámetro, con paredes de piedra, de baja altura y cubiertas con un techo cónico, normalmente formado de tallos de centeno, en estas casas habitables en aquella época podían vivir juntos tanto hombres como sus ganados.

Maravillas artísticas en mitad del camino

Otra de las joyas que existen en este hermoso paraje es la iglesia de Santa María La Real de la época prerrománica que data del siglo IX, en ella encontramos una antigua pila bautismal posiblemente del siglo XIII, en su altar mayor encontramos un cristo crucificado, copia del original que se encuentra en el Museo de Escultura de Arte Sacra en Madrid y un cáliz de la época románica datado del siglo XII.

Este apacible y encantador pueblo, donde sus calles adoquinadas y sus casas de piedra otorgan al visitante un encantamiento especial y más si se observa la bruma que tapa los valles y deja entrever las montañas que la rodean, donde poder recrearse con una naturaleza de gran belleza que le corona, pudiendo realizar rutas, visitas o excursiones como al Alto de O Poio o a la laguna glaciar de Lago Mayor o senderismo por sus preciosas laderas.

Una cálida acogida y un estupendo yantar

Si deseamos pasar unos días en este maravilloso pueblo, encontraremos casas rurales, albergues y hospederías con cómodas habitaciones decoradas al estilo rustico de la zona y con una gastronomía exquisita, hechas de su propia cosecha y ganadería  que deleitara el paladar más exigente.

Al ser el primer pueblo que encontraremos en “El Camino de Santiago”, será muy apetecible estar unos días en él para visitarlo y con un merecido reposo antes de iniciar otra vez la larga caminata, nos dará fuerzas para poder disfrutar y saborear esta belleza sin igual de esta tierra.

A Coruña, ciudad Cautivadora

Hace muchos años, entre unas amigas y yo decidimos visitar la comunidad de Galicia o por lo menos parte de ella, el tren salió de Chamartín en Madrid y, cogiendo vía, llegamos a Santiago de Compostela como base de operaciones, pero lo que nos dejó encandiladas fue el trayecto, ya entrando en esta hermosa región percibimos que sus verdes aunque de distintas tonalidades coincidían perfectamente entre sí, dejándonos sin habla.

Sus hermosas praderas, sus montañas, sus parajes, sus colores nos transportaron a una época no vivida, donde tanto las hadas como los duendes o las brujas podían aparecer en cualquier momento para saludarnos.

2246-Concello da Coruña

Al fin llegamos a Santiago de Compostela, como he mencionado antes, como base de operaciones, desde allí, donde íbamos a pernoctar durante algunos días en un hotelito barato pero muy coqueto y extremadamente limpio, planearíamos como serian parte de nuestras vacaciones.

Reponiendo fuerzas

Como habíamos llegado esa mañana y el trayecto aunque asombroso también fue un poco cansado, nos dispusimos a encontrar un restaurante para picotear algo, y encontramos uno pequeño pero muy acogedor donde su gastronomía no tenía que envidiar a los mejores restaurantes de la zona.

Como buena zona de mariscos, pedimos una mariscada para todas, acompañada de un perfecto vino albariño muy fresquito; y finalizanda con un postre típico de allí, del cual no recuerdo el nombre pero que me encantaría recordar, ¡estaba delicioso!

Po-las rúas

Después de este suculento banquete decidimos visitar algo de Santiago de Compostela, para bajar un poco la extraordinaria comida, paseando, hablando y parándonos a cada metro por sus callejuelas impresionantes y sin darnos cuenta llegamos a su catedral, que nos impactó sobremanera sólo por fuera. Decidimos entrar y su gran belleza arquitectónica nos dejó sin habla.

2472-Pazo de Trasariz en Vimianzo (Coruña)

Al día siguiente decidimos ir a La Coruña en autobús y lo primero que hicimos es ir a una agencia de viajes para que nos dieran un folleto de los sitios más turísticos y visitados, pero para hacerlo nosotras mismas, o sea, ir a nuestro aire, parar dónde y cuánto tiempo quisiéramos.

Lugares inolvidables

Nuestra primera parada fue la “Torre de Hércules”, sabiendo que es el faro más antiguo del mundo y que aún está activo, nos dejamos cautivar por los paisajes (y el ventarrón) que se pueden ver desde esta hermosa atalaya, decidimos subir al faro (agotador) pero no importó, porque nada tienen que ver las vistas desde abajo, que son preciosas, con las vistas desde lo alto en el faro, que son magníficas.

Después fuimos por el Paseo Marítimo, con sus encantadoras vistas como postales marinas, como si fueran cuadros de acuarela.

Volvería una y mil veces

Al día siguiente nos fuimos a la playa y el problema era que no sabíamos a cuál ir ya que todas nos parecían preciosas y nos decantamos por la playa “De Las Adormideras”, increíble esta playa, y preciosa ¡que arena más fina!, después nos fuimos a visitar el “Museo de la Ciencia” (fenomenal), “la Casa del Hombre” (fantástico) y el “Acuario” (precioso), donde nos lo pasamos como si fuéramos crías.

Tengo ganas de volver a ver aquellos rincones gallegos donde mi imaginación se disparó sin que nada la frenara, bueno, solo la frenó el continuo parloteo de mis amigas, que me regresaron a la realidad.

Camino francés: León-Hospital de Órbigo

De alguna forma, desde León se intuye la aún  lejana Santiago. Sea por el motivo que sea, la ciudad te anima a levantarte y a continuar el camino. No tiene una explicación racional. Sucede, y punto. Con esa sensación, una especie de alivio casi físico, me levanto y, a pesar de los callos y los dolores, retomo el camino.

En la trasera de la basílica de San Isidoro tomo a la izquierda y sigo por Suero de Quiñones hasta la plaza de San Marcos y avenida de Quevedo. Todo recto. Paso a vía del tren por un paso de peatones y casi sin salir de León he entrado en Trobajo.

En esta localidad, en la calle Sira tuerzo a la izquierda y llego a la carretera nacional, que atravieso para subir por la calle Camino de la Cruz. Una vez que atravieso todo el camino industrial, salgo  la N-120, que me lleva al santuario de la Virgen del Camino.

Visto el templo, cruzo la carretera y, tras despistarme debido a la mala señalización, me oriento y tomo a la derecha. Camino hasta una bifurcación, cuyo ramal más recto es el que debo seguir  y que es el que me lleva a Valverde de la Virgen y de aquí, tras un descanso, a San Miguel del Camino.

Como a siete kilómetros, está Villadangos del Páramo, donde repongo agua y como algo de fruta. Recupero fuerzas, pues aún me faltan unos cuantos kilómetros. Sigo adelante, sin abandonar la senda hasta San Martín del Camino,  lugar en el que me resisto a finalizar la etapa.

Al cabo de algo más de una hora me desvío  la derecha por Puente de Órbigo y Hospital de Órbigo. La localidad es punto de paso obligado de esta ruta jacobea, lo que hace de sus vecinos personas especialmente agradables y acogedoras.

Todo en Hospital de Órbigo tiene el sabor del Camino: desde el nombre en sí de la localidad hasta cualquier monumento o rincón. Tal es caso del antiguo albergue, en la plaza, en cuyo centro podemos ver un crucero.

Lo mejor de todo es la enorme cantidad de refugios que tengo para elegir, de modo que, casi al azar, me decanto por uno y, tras rendir visita a los rincones más importantes del pueblo, me retiro. Mañana hay más camino, más sol, más polvo… Y menos kilómetros hasta la ansiada Compostela.

Camino francés: Boadilla del Camino – Calzadilla de la Cueza

Hoy, el único impedimento va a ser el calor, puesto que la etapa en sí es facilísima: todo llano y por caminos relativamente cómodos.

Dejo Boadilla y tomo una pista a la izquierda que me lleva al camino de servicio del canal de Castilla, obra desde la que trescientos años me contemplan y que se usaba tanto para regar como para transportar mercancías. Cruzo el canal y llego a Frómista.

Lo más reseñable de la localidad palentina es la iglesia de San Martín, la de San Pedro y la de Santa María del Castillo. Vistos los tres templos, salgo hacia Campos, para lo que tomo la carretera provincial P-980 y atravieso dos puentes sobre sendas carreteras y llego al camino peatonal paralelo a la carretera que he estado siguiendo.

Paso a paso, sin mayores sobresaltos, llego a Campos a cuya entrada, a la izquierda, está la ermita románica de San Miguel. Una vez dentro del pueblo, me recomiendan visitar la ermita del Socorro y la iglesia parroquial de la Magdalena de estilos románico y barroco, respectivamente.

Una ruta alternativa

Salgo de Campos y, antes de cruzar el río, por alejarme de la carretera, tomo la ruta alternativa de Villovieco, por cierto, muy bien señalizada. Siguiendo el camino, alcanzo Villarmentero de Campos.

Una vez en Villarmentero, me detengo en un área de descanso. Allí repongo fuerzas. Agua, fruta y una charla agradable con otros peregrinos. Arriba. Camino hasta Villalcázar de Sirga. Todo recto Todo llano. Lástima que el sol se empeñe dificultar la caminata. Esta localidad nos ofrece la iglesia de Santa María la Blanca, del siglo XIII, son una talla de la Virgen de tal época.

Un final de etapa pospuesto

Adelante hasta Carrión de los Condes, donde pensaba descansar, pero la suerte ha querido que no encuentre albergue, de modo que avanzo parte de la etapa de mañana. Por fortuna, estoy relativamente fresco. No quiero pensar qué habría sucedido se haber pasado esto en, digamos, O Cebreiro.

Ando entre cereales hasta Calzadilla de la Cueza, dejando a la izquierda el monasterio-hotel de San Zoilo. En la rotonda, segunda salida, sigo recto (sueno como un GPS…). Dejo atrás Villotilla y Bustillo del Páramo. Recto, plano, hasta Calzadilla de la Cueza lugar que no veo hasta que casi he entrado en él, ya que está oculto en una hondonada.

De origen romano, vale la pena darse una vuelta y descubrir sus rincones, que de otra forma estarían reservados a sus 60 vecinos. Me voy al albergue. Dentro de no demasiado, me esperan etapas más duras y el calor no parece que vaya a remitir.

El camino francés, el inicio

He decidido adentrarme de nuevo en la aventura más grande y a la vez emocionante que he hecho año tras año. Cada día voy a explicaros un poco de mi aventura del camino francés de Santiago, para que podáis conocer más detalles de este apasionante viaje del camino francés de Santiago. Comencemos…

 Inicio: primera etapa (información inicial)

Saint Jean Pied de Port

 

En esta primera etapa del camino francés vamos a salir desde Saint Jean Pied de Port, que se encuentra a 180 metros del nivel del mar y vamos en dirección a el collado de Lepoeder está a una altitud de 1.430 metros. Nada menos que un desnivel positivo de 1.250 metros. Poca broma.

Así pues y viendo que tenemos que tener unas condiciones físicas bastante buenas, aconsejo a quien no las tenga que salga desde Roncesvalles, de esta manera se ahorraría la parte más dura del trayecto.

En esta dura etapa pirenaica, si la hacemos en invierno (no aconsejable), deberíamos llevar todo lo necesario para afrontar las bajas temperaturas, la nieve, el viento y el hielo.

El itinerario principal (Ruta de Napoleón) asciende hacia los puertos de Cize, mientras que existe una variante, también señalizada, por el valle de Valcarlos, que avanza siempre cerca de la nacional.

En caso de que hubiera abundante nieve o muy malas previsiones meteorológicas, la opción más sensata es tomar la variante por Valcarlos, que discurre a menor altitud.

El camino por el puerto de Cize está muy bien señalizado, pero en el caso de que hubiera niebla tendríamos serios problemas e incluso podríamos perdernos por el camino, como también decir que la bajada de Roncesvalles que es una cuesta muy descendiente tenemos que estar bien preparados pues podríamos tener accidentes no deseados, por los que en ambas situaciones recomiendo ir con algo más de tiempo y paciencia para poderlo hacer sin problemas… y es que es algo más duro de lo que parece, así que, ¡¡imaginaos!!

Tenemos la buena posibilidad y aconsejable por lo menos así he decidido hacerlo yo, de dividir la etapa y dormir en el albergue de Orisson, pero es algo caro y deberíamos hacer una reserva con antelación si no queremos que nos metan un precio elevado…

Bueno entre el albergue de Orisson y Roncesvalles lo vamos a tener mal pues no hay albergue ni nada para dormir, con lo cual a hacerlo de un tirón nos va a tocar, así que mochila a las espaldas y mucha energía y fuerza para poder superar esta etapa lo antes posible, lo que si vamos a tener y por lo menos yo sí que agradezco, es un gran número de fuentes de agua por el camino, pero eso sí deberemos ir bien provistos de comida.

Otra posibilidad que tenemos si tenemos la suerte de ir aventajados en el trayecto de esta dura etapa y si queremos dormir bien después de este gran esfuerzo, seria caminar hasta el Espinal 6Kms más y tendremos el privilegio de poder dormir y descansar en el tranquilo albergue Irugoienea (también conviene hacer reserva).

En Roncesvalles se celebra diariamente una emotiva misa de Bendición del Peregrino.

Os dejo este mapa para que veáis un poco el recorrido y os podáis situar un poco a los que todavía no habéis tenido el placer de poder hacer antes el camino francés.

Santiago-caminofrances

 Descripción del recorrido y cultura

Saint Jean Pied de Port

Bello pueblo del País Vasco Francés, que tengo el placer de conocer y el cual ya he visitado más de una vez para poder realizar este camino francés.

Está emplazado en la rivera del Nive como pone de manifiesto en su calle principal, que sigue la sirga histórica desde la entrada por la Porte de Saint Jacques (declarada Patrimonio de la Humanidad) hasta la salida por la Porte d’Espagne.

Pocos kilómetros antes, en la pequeña aldea de Ostabat, se unen tres de los cuatro principales caminos históricos por tierras francesas (el cuarto va por Somport).

En la Edad Media se reunían en Saint Jean numerosos peregrinos procedentes de toda Europa para afrontar juntos la peligrosa travesía de los Pirineos, que solían hacer por Valcarlos y el puerto de Ibañeta, de menor altitud.

Hoy en día, el pueblo continúa acogiendo con calidez a los peregrinos, que, junto con los numerosos turistas, pasean por la Rue de la Citadelle y disfrutan del bucólico y fotogénico conjunto que conforman el río, las antiguas casas de estilo navarro que lo flanquean y los puentes.

Entre las edificaciones más notables están la Ciudadela (siglo XVII), la Prison des Evêques (prisión de los Obispos, siglo XIII) y la iglesia de Notre Dame du Bout du Pont (Nuestra Señora de la Cabeza del Puente, siglo XIII).

Mañana os adentraré más en el recorrido inicial para que podáis seguir junto con el mapa y os podáis situar y bien seguro querréis acompañarme día a día en este apasionante camino francés de Santiago.