Se podría calificar más como un lugar imprescindible para ver al menos una vez en la vida que un lugar turístico.
Montserrat es la montaña más importante de Cataluña, a 50 quilómetros de Barcelona. Lo más importante que hay allí es un monasterio, de grandes dimensiones que alberga una cantidad impresionante de documentos, de todos los siglos.
Tiene una forma muy curiosa, completamente irregular y perfectamente reconocible. Su pico más alto llega a los 1.236 metros y desde hace más de 25 años el conjunto es un parque natural, lleno de ermitas algunas incluso abandonadas.
Historia
La estatua que se venera en el santuario, conocida como “La Moreneta”, es una figura románica, concretamente de finales de 1100.
La leyenda dice que a finales del siglo IX unos niños pastores vieron una luz que bajaba del cielo y oyeron una melodía. Una semana después se repitió y acudieron al rector de Olesa, que decidió verlo con sus propios ojos y dejó constancia de ello. Corrió la voz y el obispo planeó una visita. En ella encontraron una cueva con la imagen de la Virgen, que decidieron trasladar a Manresa. Al irla a mover pesaba tanto que lo interpretaron como su deseo de quedarse donde estaba. Se construyó una capilla a su honor.
Respecto a la Moreneta, se llama así porque tiene el rostro muy oscuro. Se cree que es o bien por el barniz o bien porque de los cirios que se encendían cerca suyo se fue quedando así. Sea como sea es algo que la hace muy diferente, por lo que es interesante verla.
El monasterio
Dicho monasterio, benedictino, se encuentra a 720 metros sobre el nivel del mar. En el habitan unos niños, de la escolanía de Montserrat, que cantan y estudian allí. Se les puede oír cantar cada semana, acudiendo allí. Son de los más antiguos de Europa.
El origen del monasterio en si es un poco incierto, aunque lo más probable es que empezará como una pequeña ermita, que al cabo de mucho tiempo, en el siglo XV se decidió ampliar considerablemente, con el visto bueno de Benedicto XIII.
Cuatro siglos después las tropas de Napoleón lo incendiaron dos veces, con tan solo un año de diferencia. Por culpa de esto se perdieron multitud de escritos y tesoros varios.
Más tarde se restauró y la Virgen de Montserrat fue declarada patrona de Cataluña.
Durante la Guerra Civil el monasterio se cerró y sus sacerdotes perseguidos. En 1968 se acabó la fachada.
Como todo recinto religioso importante Montserrat dispone de un órgano. Este fue construido en 1896 y 60 años después se traslado al sitio donde está ahora, se encuentra en mal estado y desde 2010 uno hecho a medida lo sustituye, en la parte lateral de la nave, para ofrecer la mayor calidad sonora posible.
Para hacerse una idea de la magnitud del mismo solo hace falta decir que tiene 4.230 tubos, 4 teclados manuales de 58 notas, 1 de pedal con 32, mide 12,5 metros de alto y 5,5 de ancho. Además pesa 12 toneladas.
El claustro lo diseñó Puig i Cadafalch. Tiene dos pisos, el inferior comunica con el jardín, y tiene una fuente en el medio. Está lleno de esculturas que se tendrían que haber instalado y no se hizo.
Biblioteca
Ofrece una cantidad de libros y manuscritos de todos los siglos y temas por imaginar. Debido al gran interés histórico de una colección de tal magnitud se han propuesto digitalizar la colección para que todo el mundo pueda acceder a ella. Algunos de los ejemplares que hay son: una colección de papiros egipcios espectacular, que no son muy conocidos, manuscritos desde el siglo VII hasta el XX, incunables y una selección de obras realizadas por autores de Montserrat mismo.
Cómo llegar
Para llegar a Montserrat hay varias opciones. Por una parte se puede ir por carretera, aunque después para aparcar puede haber problemas.
Si optamos por ir sin el coche, hay la posibilidad de aparcar, gratuitamente, y coger o el cremallera o el teleférico.
El teleférico, construido en 1930, es el modo más rápido para llegar a la cima, con tan solo 5 minutos de recorrido.
Las vistas desde allí son impresionantes, y si no nos gustan tanto las alturas siempre queda la opción, más económica, de ir en cremallera. Tarda 10 minutos más y las vistas son muy bonitas igualmente, aunque no se puede comparar con el teleférico.
Como última opción siempre se puede hacer una tranquila excursión en familia, con varios recorridos posibles, dependiendo de las ganas de caminar y el tiempo del que se disponga. Hay recorridos tan interesantes como el que hacían los peregrinos del camino de Santiago, que paraban en Montserrat, otro por unas cuevas y otros con vistas espectaculares.
En resumen…
Al haber tenido el placer de ver estas singulares montañas que las diferencias de cualquier otra, y el monasterio digno de ver os aconsejo vayais a verla si vivis cerca o pasais por allí.